Los grupos clásicos toman la iniciativa

Los mercados de valores continúan en una situación de suma complejidad en la que las diferencias operativas se han profundizado hasta extremos significativos. Durante la sesión de ayer, la irregularidad permanecía como única constante inalterable de los patios de contratación, sin que la mejora de un punto justo en el índice general madrileño signifique aparentemente nada más que los valores que han subido ponderan bastante más en el mercado que los bajistas.Desde esta tesitura hay que destacar que los grupos clásicos del parqué -es decir, bancos, eléctricas y comunicaciones- se han ani...

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Los mercados de valores continúan en una situación de suma complejidad en la que las diferencias operativas se han profundizado hasta extremos significativos. Durante la sesión de ayer, la irregularidad permanecía como única constante inalterable de los patios de contratación, sin que la mejora de un punto justo en el índice general madrileño signifique aparentemente nada más que los valores que han subido ponderan bastante más en el mercado que los bajistas.Desde esta tesitura hay que destacar que los grupos clásicos del parqué -es decir, bancos, eléctricas y comunicaciones- se han animado por las alzas, si bien cada uno debido a sus particulares motivos. Los valores bancarios parecen cotizar positivamente, aun con disparidad de evoluciones, la apertura de la veda ampliatoria iniciada por el Santander. Las eléctricas acogen con alegría la posibilidad de que se llegue a un pronto acuerdo estable sobre el sector, y Telefónica espera en situación de buena esperanza el anuncio de las condiciones de su desdoble de capital, que ya ha sido calificado de monstruo.

Los corros industriales han sido los que peor parte han llevado durante la jornada del miércoles, puesto que al abandono de las tomas de posiciones compradoras hay que añadir una notable afluencia de partidas vendedoras, que han llegado al parqué en busca de unas plusvalías muy golosas. Siderúrgicas y químicas se convertían así en los sectores peor dispuestos del mercado y cuyas cotizaciones mostraban un grado de desaliento mayor.

Al cierre se mantenía el decorado desconcertante, con impresiones para todos los gustos y, de nuevo, con la irregularidad como telón de fondo. En todo caso, algunos expertos dados al optimismo pretendían observar alguna mejoría etérea en ciertos grupos muy selectos, aunque sin mucha convicción.

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