Fallecen un capitán y un compañero del Príncipe al estrellarse una avioneta

El capitán instructor Carlos Montaño Navalpotro y el alférez alumno Héctor del Haya Beyrer, de la Academia General del Aire (AGA) de San Javier (Murcia), perecieron ayer al estrellarse a primeras horas, de la mañana la avioneta que pilotaban durante un vuelo de enseñanza. El accidente, cuyas causas se desconocen, se registró a las nueve de la mañana a la altura del kilómetro 30 de la carretera nacional 620, entre las localidades de Alhama de Murcia y Cartagena. El alférez muerto era compañero de promoción del Príncipe de Asturias, quien comenzó su aprendizaje en la Academia de San Javier e...

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El capitán instructor Carlos Montaño Navalpotro y el alférez alumno Héctor del Haya Beyrer, de la Academia General del Aire (AGA) de San Javier (Murcia), perecieron ayer al estrellarse a primeras horas, de la mañana la avioneta que pilotaban durante un vuelo de enseñanza. El accidente, cuyas causas se desconocen, se registró a las nueve de la mañana a la altura del kilómetro 30 de la carretera nacional 620, entre las localidades de Alhama de Murcia y Cartagena. El alférez muerto era compañero de promoción del Príncipe de Asturias, quien comenzó su aprendizaje en la Academia de San Javier el pasado 2 de septiembre.Todos los indicios apuntan a que los tripulantes del avión intentaron de forma infructuosa un aterrizaje de emergencia, estrellándose contra un montículo de piedras.

Testigos presenciales han relatado que el avión volaba a muy baja altura, aunque sin que aparentemente se apreciaran fallos en su funcionamiento.

Al efectuar una segunda pasada por el mismo lugar fue cuando el aparato se precipitó contra tierra. Los dos pilotos fallecieron en el acto: uno de ellos salió despedido de la cabina, sufriendo -según las mismas fuentes- una herida mortal en la cabeza y la práctica amputación de ambas piernas, mientras que el otro permaneció sujeto a su sillón. El avión se desplazó alrededor de 30 metros del lugar donde impactó con la tierra por vez primera, perdiendo las dos alas a consecuencia del golpe.

La finca El Camino, lugar donde se registró el accidente, es frecuentemente utilizada para vuelos de instrucción de los aviones procedentes de la Academia General del Aire, ya que por su extensión y al estar despoblada permite las evoluciones de los aparatos a baja altura. Fue precisamente el encargado de esta finca quien dio aviso del accidente a la Guardia Civil, quien acordonó la zona del siniestro, impidiendo el paso a los periodistas.

Una escueta nota de la AGA confirmó a mediodía el accidente y anunció el nombre de los fallecidos, sin ofrecer más datos personales. Paralelamente se supo que el capitán instructor estaba casado, y el alférez, soltero.

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