PRESENCIA HISPANA EN NORTEAMÉRICA

"No sabemos qué somos"

Florecen, en el East L. A. interior, los negocios familiares: restaurantes, peluquerías en las que se hacen permanentes y se colocan uñas acrílicas, vídeo-clubes, tiendas de música, de ajuares para novia. Hay mucha clase media que se ha hecho un hueco y disfruta de lo que podría llamarse una vida decente. Aquí sí hay niños y viejos. Y raíces, tradiciones confusamente sumergidas en el móvil conjunto de la sociedad gringa."Siempre tenemos que estar preguntándonos qué es bueno y qué es malo, porque sufrimos el choque de las dos culturas y no sabemos qué somos", dice Lindsay Halley, poeta c...

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Florecen, en el East L. A. interior, los negocios familiares: restaurantes, peluquerías en las que se hacen permanentes y se colocan uñas acrílicas, vídeo-clubes, tiendas de música, de ajuares para novia. Hay mucha clase media que se ha hecho un hueco y disfruta de lo que podría llamarse una vida decente. Aquí sí hay niños y viejos. Y raíces, tradiciones confusamente sumergidas en el móvil conjunto de la sociedad gringa."Siempre tenemos que estar preguntándonos qué es bueno y qué es malo, porque sufrimos el choque de las dos culturas y no sabemos qué somos", dice Lindsay Halley, poeta chicana, hija de mexicana e irlandés. Y añade: "El problema con que crecemos las chicanas, además de todo lo demás, es que siempre se nos enseñó que las rubias de ojos azules son el modelo de belleza. Así que una se siente mal consigo misma, y con la autoestima por los suelos".

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Para Rubén Blades, panameño, el más famoso creador de salsa de este momento, la mayor dificultad con que se encuentra el latino es que "Ios anglos nos ven a todos, chicanos, mexicanos, guatemaltecos, ecuatorianos, etcétera, como si fuéramos iguales. Mientras tanto, entre nosotros, las comunidades están enfrentadas. Hay caudillismos, nacionalismos. Y eso se refleja en el voto a los políticos; hispanos, que resulta mermado". Otro problema sería la pasividad: "Hay tendencia, en el inmigrante, a creer que su caso es particular y que un día u otro se arreglará, volverá a su tierra. Y utiliza este país como si fuera un motel, como si estuviera de paso. Se convierte en un transeúnte perpetuo. Aunque, poco a poco, están empezando a cambiar las cosas".

Está de moda

Lo cierto es que lo hispano está de moda actualmente. En el cine, en la música, en la televisión. El peligro está en que todo quede en una moda o, como dice Blades, en un nuevo "sabor del mes" manejado por quienes dirigen el consumo. "Hasta que los latinos no convirtamos la nuestra en una presencia política, vamos a continuar al margen y no va a haber una continuidad de desarrollo de nuestras influencias en este país".

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