Tribuna:LOS MADRILES

El Nuncio

De Gaulle llamaba al partido comunista francés "el partido del extranjero". Hay en Madrid, por lo menos, otro partido del extranjero: el partido vaticano, que no debemos confundir con el catolicismo tradicional del pueblo español ni con otras romerías. Se habla, aquí y ahora, de la política vaticana en Madrid y desde Madrid, que siempre da, con unos o con otros, silenciosos y eficaces resultados para la Iglesia española y sus protegidos más cercanos o ventajosos o aventajados. Puente Ojea, claro, la desaparición de determinados impuestos para la Iglesia, la pretensión de que renu...

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De Gaulle llamaba al partido comunista francés "el partido del extranjero". Hay en Madrid, por lo menos, otro partido del extranjero: el partido vaticano, que no debemos confundir con el catolicismo tradicional del pueblo español ni con otras romerías. Se habla, aquí y ahora, de la política vaticana en Madrid y desde Madrid, que siempre da, con unos o con otros, silenciosos y eficaces resultados para la Iglesia española y sus protegidos más cercanos o ventajosos o aventajados. Puente Ojea, claro, la desaparición de determinados impuestos para la Iglesia, la pretensión de que renunciemos a nuestro dinero impositivo y recuperado en beneficio de la Almudena. No son más que tres cruces. En lo de Puente Ojea, la Iglesia defiende su territorio, el Nuncio hace su política. En lo de los impuestos, digamos que el Nuncio (poco visible o invisible) se echa un pulso con el Gobierno y lo gana. En lo de la Almudena, empiezan ya a pasarse, a invadir territorio ajeno. Es la sutil diferencia. El Nuncio, todos los Nuncios del mundo han actuado siempre así: primero se pide lo que es justo, luego lo que parece justo y, al fin, se pide ya por las buenas, desacordadamente, en pleno saqueo y abordaje, lo que no es justo ni injusto, sino abusivo, y a ver qué pasa. Son los tres pasos cautelares de todo Nuncio en todo país donde haya Nuncios. Se empieza en la oración y se acaba en el pillaje. Sólo que lo desatentado de la última pretensión revierte sobre las anteriores: ahora sabemos que el bloqueo a Puente Ojea era abusivo, y la exención de impuestos también. Toda política es descreíble, pero pierde definitivamente credibilidad cuando se sale de la credibilidad convencional, pactada, en que se desarrolla el juego. Todo Nuncio es menos cuando pide de más. Se ha escrito mucho sobre el caso / Puente Ojea, pero no se ha dicho, me parece, que basta relacionarlo con la exención de impuestos y la Almudena para tener un panorama general de la política invasiva que la Iglesia / Nuncio ha iniciado en España. Alguien dijo que las buenas pinturas tienen su centro de atracción fuera del cuadro (Greco). Asimismo, todo caso político tiene su explicación fuera del "caso". Ni divorcio ni agnosticismo: Ojea se explica por la Almudena y las exenciones, por el dinero. Que se lo digan al Nuncio.

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