Un programa para 1990

El congreso del Partido Comunista de España (PCE) de febrero del año entrante elaborará las líneas teóricas del programa con el que el partido que encabeza Gerardo Iglesias se presentará en las próximas elecciones legislativas, previstas para 1990, dentro de Izquierda Unida. La consecución del pleno empleo será, según fuentes comunistas, el objetivo estratégico de dicha propuesta, que planteará para su consecución un serie de transformaciones estructurales y un cambio en el marco institucional. Propuestas destacadas en el programa serán la creación del Consejo Económico y Social, previsto ...

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El congreso del Partido Comunista de España (PCE) de febrero del año entrante elaborará las líneas teóricas del programa con el que el partido que encabeza Gerardo Iglesias se presentará en las próximas elecciones legislativas, previstas para 1990, dentro de Izquierda Unida. La consecución del pleno empleo será, según fuentes comunistas, el objetivo estratégico de dicha propuesta, que planteará para su consecución un serie de transformaciones estructurales y un cambio en el marco institucional. Propuestas destacadas en el programa serán la creación del Consejo Económico y Social, previsto en la Constitución, con facultades para emitir dictámenes preceptivos; el aumento de la participación de los trabajadores en las empresas, la reducción de la jornada laboral a 35 horas, el desarrollo de la reforma agraria, la expansión del sector público y la nacionalización de los siete grandes bancos. Para los comunistas, estas medidas se deben inscribir en un modelo de Estado federal, con un cambio de las competencias del Senado y, a medio plazo, una revisión de la Constitución, en especial de su título VIII. El PCE es consciente que cumplir este programa necesitaría una relación de fuerzas en el Parlamento, si no predominante, al menos favorable, relación que, a tenor de los resultados de los últimos comicios, parece lejana.

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Sin embargo, los comunistas defienden que "hay que resucitar la utopía" y "hablar al corazón de la gente con un programa realizable y posible", en palabras de su portavoz, Juan Berga. Mientras, a un nivel más realista, habría, en su opinión, que "aprovechar al máximo las posibilidades que ofrece la Constitución".

Estas propuestas se recogerán en el manifiesto-programa que una comisión de 12 miembros propuestos por el Comité Ejecutivo, y cuya nominación fue aprobada por el Comité Central en su reunión del pasado 17 de julio, deberá tener elaborado antes del próximo 10 de octubre.

Sobre la base de este programa y de los documentos aprobados en la reunión de febrero, el PCE pretende que sea la "convención de la izquierda real" que los comunistas quieren convocar tras su congreso la que concrete y especifique la oferta electoral para 1990. Ello es consecuente con la pretensión del partido de Gerardo Iglesias de incorporar a sus bases y a personalidades independientes a los mecanismos de decisión. "Un programa negociado por las cúpulas no sirve, y además, el partido no toleraría ahora una discusión que no fuese de abajo arriba", afirma Juan Berga.

Respecto al programa inmediato para el otoño, el PCE trabajará en torno a dos objetivos que considera fundamentales: la concertación social y la lucha por la paz, esta última ampliada a las movilizaciones contra la presencia militar estadounidense en España.

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