Un marido distraído.
Durante cuatro días, una mujer de 49 años se quedó sentada en su sillón, como dormida delante del televisor, en su casa de Pietersburg (Suráfrica). Su marido, de nombre Bronkhorst, que no había notado ni sentido nada anormal, intentó despertarla varias veces para que no se perdiera su programa favorito, pero sin resultado. Estaba muerta desde el lunes, como lo descubrió el pasa do viernes un vecino que se acercó a visitarles.-...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Durante cuatro días, una mujer de 49 años se quedó sentada en su sillón, como dormida delante del televisor, en su casa de Pietersburg (Suráfrica). Su marido, de nombre Bronkhorst, que no había notado ni sentido nada anormal, intentó despertarla varias veces para que no se perdiera su programa favorito, pero sin resultado. Estaba muerta desde el lunes, como lo descubrió el pasa do viernes un vecino que se acercó a visitarles.-