Voladura controlada.

Treinta y cinco kilos de Goma 2 EC, repartidos en 711 detonadores, derribaron ayer un edificio de 44 metros de longitud y 18 de altura situado en la calle de Emilio Vargas, junto a Arturo Soria. Este tipo de explosiones, al no hacerse en el aire, sino en perforaciones realizadas en los pilares y retocadas con tierra, evita los peligros de la onda expansiva. En un segundo, a las 16.15, y sin incidente alguno, lo que era sede de unos laboratorios quedó convertido, tras un ruido seco y una espesa nube de polvo, en un montón de escombros. En la Embajada de Indonesia, situada a cinco metros de dist...

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Treinta y cinco kilos de Goma 2 EC, repartidos en 711 detonadores, derribaron ayer un edificio de 44 metros de longitud y 18 de altura situado en la calle de Emilio Vargas, junto a Arturo Soria. Este tipo de explosiones, al no hacerse en el aire, sino en perforaciones realizadas en los pilares y retocadas con tierra, evita los peligros de la onda expansiva. En un segundo, a las 16.15, y sin incidente alguno, lo que era sede de unos laboratorios quedó convertido, tras un ruido seco y una espesa nube de polvo, en un montón de escombros. En la Embajada de Indonesia, situada a cinco metros de distancia, apenas se mancharon los cristales.

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