Tribuna:

Corros equilibrados y cierre indeciso

Las tomas de beneficios han vuelto a prodigarse en todos los sectores, y por tercer día consecutivo, la capacidad de absorción del mercado hace dudar a, los vendedores sobre lo acertado de su postura. La ausencia de tensiones que se empieza a vivir en los mercados monetarios está teniendo en las bolsas el efecto contrario, pues la esperada baja en los tipos de interés parece retrasarse indefinidamente. La entrada en vigor, la próxima semana, del sistema de anotación en cuenta de deuda del Estado va a suponer una importante prueba, de cuyos resultados puede depender, en parte, la vuelta del pre...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las tomas de beneficios han vuelto a prodigarse en todos los sectores, y por tercer día consecutivo, la capacidad de absorción del mercado hace dudar a, los vendedores sobre lo acertado de su postura. La ausencia de tensiones que se empieza a vivir en los mercados monetarios está teniendo en las bolsas el efecto contrario, pues la esperada baja en los tipos de interés parece retrasarse indefinidamente. La entrada en vigor, la próxima semana, del sistema de anotación en cuenta de deuda del Estado va a suponer una importante prueba, de cuyos resultados puede depender, en parte, la vuelta del precio del dinero a unos niveles más moderados. Mientras tanto, la presencia de contrapartida para un dinero muy especulativo ha producido un cierre indeciso en el que el predominio vendedor parecía bastante claro.El contraste entre la sesión de ayer y el cierre del miércoles encuentra su explicación en una sesión de tarde muy activa por parte del dinero, lo que agotó en parte el caudal comprador. Al no contar con la presión compradora de que se hacía ostentación el día anterior, los inversores optaron por materializar sus beneficios, situación que registró algunas variaciones a lo largo de la mañana, pero que puede considerarse como la nota más destacada.

Dentro del carácter eminentemente especulativo que tiene actualmente el mercado, hay que situar las escaramuzas que se dieron en algunos corros y que, al parecer, no tenían otra intención que la de obligar a salir a los títulos de los inversores más nerviosos, totalmente sorprendidos por la rapidez con que subían los precios una vez realizadas las primeras adquisiciones. La confusión imperante al cierre deja la trayectoria del mercado casi a cargo de las operaciones a crédito, que deben cancelarse o prorrogarse esta mañana. Las expectativas continúan centradas en un plazo lo más breve posible.

Archivado En