EL JUICIO DEL SÍNDROME TÓXICO

El careo entre Alabart y Feijoo acentuó sus contradicciones

El careo celebrado ayer en el juicio de la colza entre los procesados Ramón Alabart, de 43 años, y Florencio Feijoo, de 36, no resolvió las contradicciones existentes en sus declaraciones, sino que las acentuó. El magistrado ponente, Siro García, de 50 años, preguntó a cada uno de los careados, por separado, por qué creían que el otro faltaba a la verdad. Feijoo contestó que no tenía ni idea, mientras Alabart dijo que era un "problema" de matizaciones.

Feijoo, aceitero pacense radicado en Sant Boi de Llobregat y que se dedicaba a envasar aceite comestible, adquirió 125.000 kilos de acei...

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El careo celebrado ayer en el juicio de la colza entre los procesados Ramón Alabart, de 43 años, y Florencio Feijoo, de 36, no resolvió las contradicciones existentes en sus declaraciones, sino que las acentuó. El magistrado ponente, Siro García, de 50 años, preguntó a cada uno de los careados, por separado, por qué creían que el otro faltaba a la verdad. Feijoo contestó que no tenía ni idea, mientras Alabart dijo que era un "problema" de matizaciones.

Feijoo, aceitero pacense radicado en Sant Boi de Llobregat y que se dedicaba a envasar aceite comestible, adquirió 125.000 kilos de aceite de semillas, que contenía un 60% de colza, a Ramón Alabart, que comercializaba aceite para el consumo humano y quien a su vez se lo había comprado a Enric Salomó, que sólo trabajaba con aceites de uso industrial. Feijoo vendió el aceite bajo las marcas El Olivo y El Jotero, ambas sin registrar. Este aceite, según el fiscal, produjo resultados lesivos a 43 personas. El fiscal pide 10.000 años para Alabart, por delitos contra la salud pública, y 13 años para Feijoo, por estafa y falsificación de sellos y marcas. Las contradicciones más importantes entre ambos radican en que Feijoo ha declarado que Alabart le propuso justificar con albaranes únicamente 4.000 de los 125.000 kilos del aceite de semillas con colza que le había vendido, extremo negado por Alabart. Parte del aceite vendido por Alabart a Feijoo fue devuelto cuando se descubrió la relación del envenenamiento con el aceite de colza. La discrepancia está en que Feijoo dice que la devolvió porque tenía colza y Alabart asegura que la razón fue porque Feijoo no le pagaba. Los dos se ratificaron en sus declaraciones anteriores.Uno de los momentos más significativos del careo se desarrolló así:

Alabart. Yo todo el aceite que entré era de semillas y, por tanto, lo facturé luego como aceite de semillas. Si luego ha resultado que la mayor parte era colza, pues no sé, pero tal como me lo facturan tengo que facturarlo yo. Si no entro colza, no puedo facturar colza.

Feijoo. Y el bote que me enseñaste allí, la muestra que te había venido de Portugalete, ¿eso lo he soñado yo?

Memorias diferentes

Alabart. Tú dices que esto fue en una visita al laboratorio, y yo tengo declarado siempre que no me acuerdo de esa visita. Si dices que estuviste hablando con el químico, cuando declare el químico lo aclarará. No me acuerdo. Tienes más memoria que yo. Yo tenía 40 o 50 clientes, y no me puedo acordar de todos.

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Feijoo. Pues yo sí me acuerdo y lo digo.

Ponente. Digan qué pasó con las facturas.

Feijoo. Yo fui allí. Estaba el químico y el señor Ramón y me dijo: "Ahora te puedo justificar, porque me ha entrado una cisterna". Incluso me enseñó una muestra y me dijo que me podía justificar 4.000 kilos. Entonces yo le dije que le había sacado más aceite. Él me dijo que la colza era una semilla más, y yo le contesté que en una situación normal a mí no me importaría, pero que aquella situación no era normal...

Alabart. No te puedo llevar la contraria. No me acuerdo de esto, pero no le veo la menor importancia.

Ponente. La importancia se la tiene que dar el tribunal.

Respecto a la contradicción sobre la causa de la retirada del aceite, el ponente dijo: "Aquí la contradicción es escandalosa. Procuren aclarar quién está faltando a la verdad".

Alabart. Yo no veo tanta diferencia, pero si insiste... El problema mío es el cobrar; el de él, que no vendía aceite porque había descubierto aceite de colza.

Feijoo. Desde que él me sirvió la cisterna hasta que precintaron había mucho tiempo de llevarse el aceite. (dirigiéndose a Alabart). Si tu objetivo era cobrar, ¿por qué no te lo llevaste y tuviste que esperar a que te avisara después del desprecintado? (...)

Ponente. ¿Alabart retiró sólo el aceite de semillas o también el de oliva?

Alabart. Mandé el camión a cargar todo, pero Feijoo debió dar instrucciones de carga. No puedo hacer nada yo en casa de los otros. Me quedaron aún doscientas y pico mil pesetas colgadas. No sabía que tenía oliva en el almacén.

Feijoo. Había hablado con Alabart de que eran las semillas lo que había que retirar. Yo no había hablado nada de la oliva y no tenía por qué retirarla. Si hubiera venido a retirar aceite por falta de pago, lo más normal es que se lo lleve todo.

Alabart. Es que yo creía que no había oliva en el almacén. Desde luego, puedes suponer que si hubiera ido yo con el camión habría registrado el almacén de arriba abajo y me hubiera llevado todo lo que hubiera habido. Eso está claro, pero no fui yo.

Feijoo. Tú eres capaz de llevarte hasta la máquina de envasar, ¡coño!.

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