LAS ELECCIONES DEL 10 DE JUNIO

"Europa puede ser la ruina para la economía vasca"

TONIA ETXARRIJon Gangoiti, a pesar de su juventud, ya es un veterano en el Parlamento, Europeo porque cuenta con la experiencia de un año y medio dedicado en cuerpo y alma a explicar en Estrasburgo y Bruselas la realidad específica del País Vasco. Le hubiera gustado, como a todo nacionalista que se precie, que Euskadi hubiera sido circunscripción europea. De hecho, su partido, el PNV, amenazó con no presentarse a los comicios si la ley no favorecía las representaciones autonómicas, pero, a la postre, ha imperado el pragmatismo. El número uno de la coalición Unión Europeísta prefiere no ...

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TONIA ETXARRIJon Gangoiti, a pesar de su juventud, ya es un veterano en el Parlamento, Europeo porque cuenta con la experiencia de un año y medio dedicado en cuerpo y alma a explicar en Estrasburgo y Bruselas la realidad específica del País Vasco. Le hubiera gustado, como a todo nacionalista que se precie, que Euskadi hubiera sido circunscripción europea. De hecho, su partido, el PNV, amenazó con no presentarse a los comicios si la ley no favorecía las representaciones autonómicas, pero, a la postre, ha imperado el pragmatismo. El número uno de la coalición Unión Europeísta prefiere no perder la oportunidad de trabajar en el foro europeo porque "Europa puede ser la ruina para la economía vasca".

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Nació en Bilbao hace 35 años, en el seno de una familia acomodada. Acaso porque es el mayor de tres hermanos, Jon ofrece una imagen de acusado sentido de la responsabilidad. Y ahí reside su apariencia contradictoria entre un aspecto aniñado -que le da un aire de universitario sempiterno, enfundado en incómodos trajes sastre- y su discurso elocuente y sobrio, cargado de reflexiones políticas que, como dirían sus mayores, resultan "impropias de su edad".

Niño precoz en los juegos

Jon, que le debe a su padre, médico de profesión, el aprendizaje de idiomas desde su más tierna infancia, fue un niño precoz en. las lides de los juegos de azar: Compartía con sus amigos la afición a los bolos, pero su verdadera pasión se volcaba en el mus, que practicaba ton su familia en las tardes domingueras de su infancia vasca.

El diputado continúa viajando entre Madrid, Bruselas y Bilbao y, en los interregnos, para evitar la abominable sensación de perder el contacto con la realidad, se recorre los batzokis para oír, entre txikito y txikito los problemas más acuciantes de sus compañeros de partido.

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Jon Gangoiti -que reconoce que la actividad política le ha impedido gozar de su vida privada - advierte, quizá a los futuros eurodiputados sin experiencia, que los nuevos escaños europeos tienen la corta duración de dos años y que en ese tiempo "no se pueden hacer grandes planteamientos políticos".

La pesca y el sector lácteo son sectores por los que Gangoiti siente especial debilidad. "No es que haya cambiado mucho nuestra pesca desde que estamos en la CEE, pero hemos conseguido, entre otras cosas, que no haya reducción de licencias".

Se muestra, como todos sus oponentes a las elecciones, muy preocupado por el paro. Pero este nacionalista consiguió sorprender a la opinión pública vasca con una propuesta original e ingenua para contribuir a paliar el desempleo. La fabricación del preciado hígado de oca, plato indispensable en la cocina vascofrancesa que ha provocado tanto entusiasmo entre los gourmets europeos, es una buena mina para conseguir nuevos puestos de trabajo. Se trata, simplómente, de afincar el negocio en el País Vasco. Algunos ya lo han hecho, con resultados inmejorables. Sabe que se le considera un alevín de Xabier Arzalluz, pero él sólo habla del partido, sin nombres.

El PNV es como su casa, y asegura que permanecerá siempre al lado de los que se quedan, por encima de las discrepancias. Desde que se afilió al PNV en 1977, dice tener claro que los cárgos políticos, para él, son transitorios, pero la pertenencia al partido ni se la cuestiona. "Si Arzalluz se hubiera ido del partido y Garaikoetxea se hubiera quedado yo estaría con Garaikoetxea, pero dentro del partido".Política ficción aparte, a Jon Gangoiti, licenciado ' en Ciencias Económicas y diplomado en Comunidades Europeas, se le iluminan los ojos cuando habla de Europa. No se fia de otro interlocutor que no surja del País Vasco. "Nuestras peticiones", dice acusando al Gobierno, socialista, no han sido presentadas en Bruselas, y es, por esa razón, muy importante para nosotros, tener voz propia en la asamblea europea".

Jon Gangoiti, que se jacta de su aportación a la concesión de ayudas especiales destinadas a Altos Hornos de Vizcaya, dice que se muestra partidario de la integración en la estructura militar de la OTAN, aunque preferiría el desarme convencional de los ejércitos clásicos y el impulso de una unión europea occidental, independiente de América. Se muestra receloso frente a la petición de Turquía de ingresar en el Mercado Común porque se trata de un régimen no democrático. "Cabe resaltar", sentencia, "que la Comunidad Europea está integrada por naciones de tradición democrática y, en este sentido, Turquía tendría que demostrar que su régimen político guarda esas características".Dice que la integración en potencias militares no es un problema de izquierdas o derechas, sino de necesidad de expansión. Y con la misma seguridad que habla del año 1954, que parece olvidar que en esas fechas él contaba tres años de edad, sentencia: "Pero este discurso no es nuevo, ya hablaba de la expansión el propio Pedro el Grande".

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