Cartas al director

Agitadores de oficio

Afortunadamente ya son varias las voces de personas cualificadas que nos alertan sobre la aparición de agitadores de oficio que con su retórica simplificadora y virulenta son terriblemente eficaces para calentar las mentes elementales, incapaces de ningún análisis, hasta conducir a esos seres primarios (claro que sin premeditación ni alevosía) a la realización de atrocidades increíbles.Cuando termina la histeria se cree despertar de una pesadilla. Ni los perturbadores ni sus líderes se reconocen culpables. Siempre son los otros los fascistas y prepotentes; los que arruinan el paí...

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Afortunadamente ya son varias las voces de personas cualificadas que nos alertan sobre la aparición de agitadores de oficio que con su retórica simplificadora y virulenta son terriblemente eficaces para calentar las mentes elementales, incapaces de ningún análisis, hasta conducir a esos seres primarios (claro que sin premeditación ni alevosía) a la realización de atrocidades increíbles.Cuando termina la histeria se cree despertar de una pesadilla. Ni los perturbadores ni sus líderes se reconocen culpables. Siempre son los otros los fascistas y prepotentes; los que arruinan el país y provocan el paro; es decir, que los otros son las brujas, y ellos, los cazadores incorruptibles, los puros, los que no se equivocan. Sería de desear que estos líderes, imitadores baratos de nefas tos conductores de masas, reflexionen sobre el inmenso peligro a que nos exponen jugando con fuego, y se convirtieran en valientes reivindicadores de derechos, pero también de deberes. El día en que sean capaces de poner bajo el mismo signo, la lealtad al compañero y la lealtad a la empresa, ese día estaremos todos de acuerdo: la mejor ley de huelga es la que no existe.- A. J. Pérez Bermúdez. .

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