Los sindicatos surafricanos convocan una huelga para el día de las elecciones

Las principales organizaciones sindicales y antiapartheid de Suráfrica han hecho un llamamiento a sus afiliados, estimados en unos cuatro millones de personas, para que no acudan a trabajar los próximos días 5 y 6 como forma de exteriorizar su protesta "contra las elecciones racistas sólo para blancos [que se realizarán el 6] y los sufrimientos que su celebración ha causado y causará a nuestro pueblo".

El llamamiento a la protesta pacífica -definida por las organizaciones convocantes como stayaway (apartamiento), para no utilizar el término strike (huelga)- ha sido hecho p...

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Las principales organizaciones sindicales y antiapartheid de Suráfrica han hecho un llamamiento a sus afiliados, estimados en unos cuatro millones de personas, para que no acudan a trabajar los próximos días 5 y 6 como forma de exteriorizar su protesta "contra las elecciones racistas sólo para blancos [que se realizarán el 6] y los sufrimientos que su celebración ha causado y causará a nuestro pueblo".

El llamamiento a la protesta pacífica -definida por las organizaciones convocantes como stayaway (apartamiento), para no utilizar el término strike (huelga)- ha sido hecho por el Frente Democrático Unido (UDF), la organización multirracial que agrupa prácticamente a todos los grupos antiapartheid no declarados ilegales; el Congreso de Sindicatos Surafricanos (Cosatu), la central sindical que congrega a más de 600.000 trabajadores, casi en su totalidad negros, y el Comité para el Estudio de la Crisis en la Educación (NECC).Según declaraciones hechas por el jefe de prensa en funciones del UDF, Murphy Morobe, varias organizaciones estudiantiles y juveniles se han solidarizado igualmente con el llamamiento a la protesta pacífica, motivada por "el aborrecimiento de un sistema que concede a un grupo minoritario el derecho al voto mientras que priva a la mayoría del mismo derecho".

El próximo miércoles, unos tres millones de surafricanos blancos, escasamente el 10% de la población, participarán en unas elecciones generales convocadas a principios de enero por el presidente Pieter W. Botha, oficialmente para buscar un nuevo mandato de los blancos para seguir adelante con su programas de reformas mínimas pero en realidad alarmado ante los avances de los dos partidos de la extrema derecha, el Conservador y el Herstigte (Reformado), entre el propio electorado afrikaner, que considera una "traición" incluso esa mínima reforma.

Los temores de Botha sobre el corrimiento de su electorado hacia posiciones todavía más derechistas no se han confirmado. De una parte, la fusión de los dos partidos de extrema derecha no se ha producido por antagonismos personales de sus dos líderes, Andries Treurnicht y Jaap Marais; de otra, el endurecimiento de las acciones gubernamentales contra cualquier forma de disensión ha jugado a favor de las posiciones del Gobierno. Ambos hechos permiten a todos los observadores apostar por una nueva victoria del Partido Nacional, en el poder ininterrumpidamente desde 1948.

La decisión de convocar las jornadas de protesta para los días 5 y 6 se produce tras una de. las semanas más violentas registradas en Suráfrica desde la proclamación del estado de emergencia, el 12 de junio del pasado año.

En los últimos 10 días, la tensión provocada por una huelga de ferroviarios de seis semanas de duración alcanzó su punto culminante con la muerte de seis huelguistas por disparos de la policía en suburbios de Johanesburgo, el despido masivo de 18.000 trabajadores por el monopolio gubernamental de transportes SATS, la toma de la sede de la central sindical Cosatu por las fuerzas de seguridad y la huelga de tres días declarada por los residentes de Soweto, que no acudieron a sus puestos de trabajo para protestar por los desahucios contra los que se negaban a pagar las rentas por la falta de servicios.

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Entretanto, las organizaciones sindicales no pudieron celebrar la festividad del Primero de Mayo como consecuencia de la denegación de los permisos necesarios para realizar reuniones al aire libre solicitados por Cosatu en más de 20 localidades del país. Los jueces, obligados a respetar la legislación del estado de emergencia, sólo permitieron la celebración de un mitin en Ciudad del Cabo. El Gobierno se ha negado a reconocer el Primero de Mayo como Fiesta del Trabajo, pero hace dos semanas Botha decidió que tal festividad se celebrará todos los años los primeros viernes de mayo. Este año el día decretado por el Gobierno ha coincidido con el 1 de mayo, pero se trata de una mera coincidencia, y existía una gran confusión en tomo a si la festividad sería abonable y no recuperable en la industria privada.

Por su parte, el arzobispo anglicano y premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, pidió ayer a la población blanca, en una conferencia de prensa celebrada en Ciudad del Cabo, que tratara de utilizar su voto para obtener el fin del apartheid. "Las próximas elecciones se celebran en un tiempo de crisis aguda en la historia de nuestro país. Los votantes blancos deben preguntarse si su voto conseguirá la caída del (régimen de) apartheid. Porque no hay posibilidad de que los blancos dominen este país eternamente", manifestó el arzobispo.

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