CATÁSTROFE EN EL MAR DEL NORTE

La recuperación de los cadáveres atrapados dentro del 'Herald of Free Enterprise' llevará semanas

Los equipos de rescate proseguían ayer por tercer día consecutivo su labor en torno al transbordador británico, pero sólo tenían ya la esperanza de extraer del barco algunos cadáveres que se añadirían a aquellos depositados en un centro deportivo de Zeebrugge convertido en capilla ardiente al que acudían numerosos viajeros procedentes del Reino Unido para identificar a algún pariente fallecido. La recuperación de la totalidad de los cuerpos que permanecen en el interior del Herald of Free Enterprise llevará semanas, según fuentes de la compañía Townsend Thoresen, la principal empresa de navega...

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Los equipos de rescate proseguían ayer por tercer día consecutivo su labor en torno al transbordador británico, pero sólo tenían ya la esperanza de extraer del barco algunos cadáveres que se añadirían a aquellos depositados en un centro deportivo de Zeebrugge convertido en capilla ardiente al que acudían numerosos viajeros procedentes del Reino Unido para identificar a algún pariente fallecido. La recuperación de la totalidad de los cuerpos que permanecen en el interior del Herald of Free Enterprise llevará semanas, según fuentes de la compañía Townsend Thoresen, la principal empresa de navegación en el canal de la Mancha.

El balance de la mayor catástrofe marítima ocurrida en el mar del Norte en tiempos de paz se elevaba ayer, según fuentes de la empresa armadora, a 53 víctimas mortales y 82 desaparecidos, a los que se daba con absoluta seguridad por muertos en el mar o, más probablemente, en el interior del buque. Los 408 pasajeros salvados con vida representan, sin embargo, una gran mayoría. Para intentar averiguar las causas del siniestro, los Gobiernos de Bélgica y del Reino Unido han abierto sendas investigaciones, a las que se añadirá la que ha encargado el armador del buque.Los indicios actuales concuerdan en que la apertura de las puertas de la bodega del transbordador, si no fue la causa directa del hundimiento, contribuyó -por lo menos lo precipitó- hasta el punto de que en sólo unos pocos minutos el buque se inclinó de costado y quedó sumergido en un 70%. El portavoz del armador, Peter Ovington, reconoció ayer en Londres que "la apertura de las puertas traseras está relacionada con el naufragio. Así fue como debió de entrar el agua, porque no se ha descubierto ningún agujero en el casco".

Familiares desconsolados

Apesadumbrados por la tragedia, la mayoría de los británicos desembarcados el sábado por la noche o ayer por la mañana en el puerto belga de Ostende -el de Zeebrugge ha sido provisionalmente cerrado al tráfico con el Reino Unido- deambulaba en torno al pabellón deportivo de la pequeña ciudad sin querer contestar a las preguntas de la Prensa y menos aún de la televisión.

"Mi hijo ha muerto y ustedes sólo buscan imágenes sensacionalistas", gritaba un padre desconsolado, mientras otro compatriota suyo suponía en voz alta que, al no haber encontrado a su hija en la capilla ardiente, "acaso esté en el hospital". Se olvidaba de que los nombres del centenar escaso de pasajeros ingresados eran conocidos y que lo más probable es que estuviese aún atrapada en los camarotes inundados del navío a los que los hombres rana no han tenido acceso.

Si se confirma el fallecimiento de una persona, el seguro abonará a sus familiares 35.000 libras esterlinas (unos siete millones de pesetas), según fuentes de la Lloyds británica, que confirmó que respetará escrupulosamente la convención de Atenas sobre naufragios de transbordadores. El seguro del barco se eleva a más de 5.000 millones de pesetas.

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Mientras ya parece aceptado que las puertas del compartimiento de vehículos provocaron la tragedia, queda ahora por averiguar por que esas puertas de la muerte, como ayer las describía la Prensa británica sensacionalista, permanecieron abiertas permitiendo que nada más empezar el buque a desequilibrarse entrasen en la bodega auténticas trombas de agua que acabaron hundiéndolo. Expertos de la marina mercante han evocado la hipótesis de un fallo humano o de un mal funcionamiento del sistema hidráulico de cierre.

Pero numerosos testigos han llamado a los medios de comuni cación belgas y británicos para asegurar que, con el objeto de ganar tiempo, estos transbordadores suelen zarpar sin haber acabade de cerrar las puertas y en ocasiones navegan toda la travesía con ellas abiertas.

Un camionero que conduce vehículos de hasta 15 metros narró cómo su camión, en una travesía realizada en diciembre, sobresalía unos tres metros de la bodega. "Lo hacen para llenarla al máximo y para rentabilizar el viaje". Pero el Herald of Free Enterprise zarpó el viernes con sólo un centenar de coches y camio nes aparcados en una bodega que puede contener hasta 350.

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