PRENSA

Los sindicatos de impresores británicos pierden su batalla contra Rupert Murdoch

El conflicto laboral que durante más de un año ha enfrentado a 5.500 impresores y empleados de la mayor empresa periodística del Reino Unido con el magnate de la Prensa mundial Rupert Murdoch terminó oficialmente ayer. Ante la posibilidad de una quiebra económica total como consecuencia de acciones legales por parte de la compañía, las ejecutivas de los dos sindicatos de impresores de Fleet Street votaron con intervalos de 24 horas, y en sesiones calificadas de "tumultuosas", el fin de la disputa que supone la retirada de los piquetes mantenidos desde el inicio del conflicto, el 25 de enero de...

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El conflicto laboral que durante más de un año ha enfrentado a 5.500 impresores y empleados de la mayor empresa periodística del Reino Unido con el magnate de la Prensa mundial Rupert Murdoch terminó oficialmente ayer. Ante la posibilidad de una quiebra económica total como consecuencia de acciones legales por parte de la compañía, las ejecutivas de los dos sindicatos de impresores de Fleet Street votaron con intervalos de 24 horas, y en sesiones calificadas de "tumultuosas", el fin de la disputa que supone la retirada de los piquetes mantenidos desde el inicio del conflicto, el 25 de enero de 1985, ante las instalaciones de la empresa.

Los piquetes, que han protagonizado los enfrentamientos más duros con la policía desde la huelga minera del pasado año, reaccionaron duramente y con irritación no contenida ante la decisión de sus respectivas ejecutivas y, amenazaron con el mantenimiento de los piquetes en contra de sus propios sindicatos, lo que, caso de producirse, les podría suponer la correspondiente baja sindical.

Campanada

La campanada se produjo el jueves por la noche cuando, tras una reunión de la directiva de Sogat 82 (Society of Graphical and Allied Trades) -el sindicato mayoritario de Fleet Street- anunció que se retiraban del conflicto. El resultado de la votación de la directiva no dejaba lugar a dudas sobre el sentimiento de la mayoría de sus miembros: sólo nueve de 23 miembros se pronunciaron a favor de la continuación de las acciones.La dirección de Sogat 82, que agrupa a más de 200.000 trabajadores de las más diversas especialidades en todo el país, desde impresores a limpiadoras y telefonistas, pasando por dibujantes de agencias de publicidad, ha estado sometida a una fuerte presión por parte de todos sus afiliados de fuera de Londres para terminar el. enfrentamiento con News International, la empresa editora de The Times, Sunday Times, The Sun y News of the World, propiedad de Murdoch, ante el temor de una bancarrota económica provocada por acciones legales de la empresa ante los tribunales.

Según declaró Dean, los abogados del sindicato la habían convencido de que muy probablemente Murdoch ganaría en los tribunales una demanda por daños y perjuicios contra las dos centrales sindicales que había amenazado con presentar si no cesaba el conflicto y los piquetes eran retirados.

Una sentencia contraria supondría para el sindicato el pago de una indemnización mínima de 300 millones de pesetas, que podría elevarse a 600. En palabras de Brenda Dean, ello equivaldría a la venta de la sede central y el resto de los bienes sindicales. "No se puede acusar a la directiva de abandono, porque no había nada que abandonar. Todo estaba perdido", dijo la secretaria general, que acusó al Gobierno de haber aprobado unas leyes laborales que "no ayuda para nada a las familias medias británicas y apoyan a los empresarios que se creen que sus trabajadores son como ropa vieja que se pueden desechar cuando no sirven".

Sin embargo, el conflicto ha puesto en evidencia una falta de solidaridad total entre el resto de los sindicatos y los impresores de Fleet Street. Incluso el resto de los miembros de Sogat 82 rechazaron en diciembre una propuesta para contribuir a la ayuda de los parados con 140 pesetas a la semana. El apoyo de la poderosa confederación sindical británica puede considerarse como nulo.

El conflicto

El conflicto se inició como consecuencia del despido masivo de los 5.500 trabajadores de los dos sindicatos después de que se declarasen en huelga al tratar la empresa de imponer el uso de nueva tecnología en sus instalaciones en Londres. El empresario construyó unas nuevas en Wapping, en el este de la capital británica, y trasladó a las mismas todos sus títulos. Los piquetes no han conseguido evitar que los cuatro periódicos se distribuyan en todo el país con absoluta normalidad. Desde el 24 de enero de 1985, las nuevas instalaciones están fuertemente custodiadas por la policía para impedir que los piquetes de protesta, instalados día y noche, obstruyeran la entrada y salida del personal.News International anunció ayer que retiraría de los tribunales sus acciones legales contra los sindicatos y que estaba dispuesta a volver a ofrecer una compensación económica de cuatro semanas por año de servicio a aquellos trabajadores que quisieran acogerse. Sin embargo, se negó en redondo a considerar el reconocimiento de los dos sindicatos en sus nuevas instalaciones de Wapping.

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