Tribuna:

Tanteos y precauciones con el dinero como tema de fondo

Un fin de semana ha sido un plazo excesivamente largo para un dinero que no sabe permanecer ocioso, sobre todo cuando está convencido de sus posibilidades. Esta prepotencia de los compradores ha vuelto a asombrar a propios y extraños, que han visto cómo las expectativas de un mercado irregular se han limitado a diferencias entre sectores en la mayoría de los casos, y no por demasiado tiempo. El nuevo récord de contratación conseguido en la difícil jornada del viernes anterior, con algo más de 23.000 millones de pesetas efectivas, habla por sí solo de la capacidad de absorción de un dinero empe...

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Un fin de semana ha sido un plazo excesivamente largo para un dinero que no sabe permanecer ocioso, sobre todo cuando está convencido de sus posibilidades. Esta prepotencia de los compradores ha vuelto a asombrar a propios y extraños, que han visto cómo las expectativas de un mercado irregular se han limitado a diferencias entre sectores en la mayoría de los casos, y no por demasiado tiempo. El nuevo récord de contratación conseguido en la difícil jornada del viernes anterior, con algo más de 23.000 millones de pesetas efectivas, habla por sí solo de la capacidad de absorción de un dinero empeñado en tomar posiciones en este nuevo Eldorado.Las nuevas entradas de fondos que se producen cada día hacen casi imposible establecer evaluaciones con los instrumentos de medida hasta ahora al uso, razón por la que los mercados parecen moverse con voluntad propia, al margen de previsiones y teorías. Son los tanteos previos a la sesión y las posiciones al cierre los únicos elementos de juicio con que cuentan actualmente los inversionistas, institucionales y particulares, lo que obliga a moverse en unos plazos extremadamente cortos y sin demasiadas proyecciones.

Romper un récord empieza a ser algo habitual, y el interés en este terreno empieza a centrarse en la posible cota máxima que puede alcanzar el negocio de un solo día. Si en un mes se ha superado ampliamente el volumen de todo el año 1984 y, de seguir a este ritmo, en dos meses se dejará atrás la contratación de 1985, es fácil imaginarse el ambiente de euforia que se vive en los parqués, ya que el empuje del dinero lo puede todo y casi nadie se atreve a fijar límites para las cotizaciones, ejercicio en el que hasta hace poco se entretenían muchos habituales del rumor. El desbordamiento es. general y no queda sino seguirlo de cerca y, por supuesto, estar presente.

La jornada comenzó con el esperado recorte eléctrico y la recuperación íntegra del dividendo de Amper, lo que ya indicaba sobradamente por dónde iba a discurrir el resto. La debilidad de los valores eléctricos ya no sorprende, aunque algunos de ellos comenzaron a dar síntomas de resistencia a la baja. Al final de la sesión había algún dinero dispuesto a probar fortuna en este sector que, junto a comunicaciones, ha sido el que peor trayectoria ha seguido en este principio de año. También Telefónica, que el viernes pasado tocó la posición del cierre anual anterior, registró una reacción alcista importante y, contribuyó a equilibrar el ambiente que los otros grupos con más peso en la elaboración del índice empezaban a empujar a la baja.

Los bancos no resolvieron las dudas de la jornada al mostrar una discreta inclinación del lado vendedor y, sobre todo, un importante descenso en el volumen negociado, que ha pasado a ser de tan solo 423.000 títulos para los siete grandes valores del grupo. En la segunda fila tampoco estaban las cosas demasiado claras, con algunos recortes importantes y presión del papel. Una situación difícilmente equilibrada que algunos tanteos compradores al cierre intentaban corregir a nivel general.

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