Fallecen cuatro personas a causa de la ola de frío

La ola de frío que afecta al norte de la Península ha causado cuatro nuevas víctimas en las últimas horas, dos hombres, una mujer y un bebé de 17 días, que fallecieron por congelación, con lo que ya suman siete los muertos por tal causa. Se trata del vecino de la localidad de Arredondo (Cantabria) Manuel Abascal Torres, de 69 años, que fue hallado muerto ayer, con signos de congelación, cerca de su domicilio. También en Euba (Vizcaya) falleció por igual motivo Enrique Pérez Rivera, que vivía solo en un viejo contenedor al lado de una mina; el cadáver fue localizado el miércoles por dos periodi...

La ola de frío que afecta al norte de la Península ha causado cuatro nuevas víctimas en las últimas horas, dos hombres, una mujer y un bebé de 17 días, que fallecieron por congelación, con lo que ya suman siete los muertos por tal causa. Se trata del vecino de la localidad de Arredondo (Cantabria) Manuel Abascal Torres, de 69 años, que fue hallado muerto ayer, con signos de congelación, cerca de su domicilio. También en Euba (Vizcaya) falleció por igual motivo Enrique Pérez Rivera, que vivía solo en un viejo contenedor al lado de una mina; el cadáver fue localizado el miércoles por dos periodistas que acudían a entrevistarle. La tercera víctima se produjo en Palencia. Carmen García Álvarez, de 55 años, vivía prácticamente en la indigencia.

Un bebé de 17 días, José Manuel Herrero Gómez, falleció el miércoles en la localidad granadina de Jeres del Marquesado, de unos 1.500 habitantes, a consecuencia de las bajas temperaturas (10 grados bajo cero), según informa Alejandro V. García. El bebé fue encontrado en estado agónico dentro de la cuna donde dormía. El bebé era el único hijo de un matrimonio, cuya madre, de 23 años, tiene al parecer mermadas las facultades mentales. La familia vive en una casa medio en ruinas de la localidad. El juzgado de la localidad granadina de Guadix instruye las diligencias del suceso por si la muerte del niño se hubiera producido por negligencia de los padres.Si bien las comunicaciones por carretera comenzaron ayer a restablecerse lentamente, se registró un sensible aumento del número de personas aisladas por la nieve, especialmente en Cantabria, Asturias, Lugo y León. El tráfico ferroviario siguió acusando grandes retrasos, aunque la práctica totalidad de los aeropuertos (con excepción de los de Pamplona, Gerona, Santiago de Compostela y Valladolid) quedó operativa a partir del mediodía de ayer. La Prensa no llegó tampoco ayer a buena parte de las capitales del norte. El número de puertos de montaña que permanecían cerrados era de 70.

En la localidad navarra de Elizondo un niño de mes y medio, que padecía una hernia estrangulada, fue evacuado sobre las ocho de la tarde después de que varias máquinas quitanieves trabajaran para abrir camino hasta el caserío en el que reside la familia, aislado por la nieve. En Cantabria, 40 municipios se encontraban aislados por la nieve, lo que afecta a unas 55.000 personas, un 10% del censo.

En lo que respecta a Asturias, otra de las regiones más afectadas por las precipitaciones de nieve, más de 40.000 habitantes de 500 pueblos de la región seguían ayer incomunicados.

En Cataluña, la situación tiende a normalizarse. El tráfico por el paso fronterizo de La Jonquera ha quedado restablecido, y los seis montañeros franceses perdidos en el Pirineo gerundense regresaron en la madrugada de ayer por su propio pie a la localidad de Massanet de Cabrenys (Gerona). También los dos grupos de la central nuclear de Ascó (Tarragona) entraron de nuevo en funcionamiento la pasada madrugada. La situación en el País Vasco mejoró, especialmente en la zona costera.

En Galicia permanecía incomunicado medio centenar de núcleos de población en las montañas de Lugo, en el Caurel, Cebreiro y la vertiente gallega de la sierra de Ancares y en algunas zonas de Orense.

Unos 20 pueblos de las provincias de Huesca y Teruel proseguían incomunicados por la nieve.

Soria y León siguen siendo las provincias más afectadas por el temporal de nieve en la comunidad de Castilla y León. También en La Rioja varios pueblos seguían aislados.

En el norte de Burgos, en la zona del valle de Valdebezana, un centenar de pueblos sufría dificultades de comunicación.