Tribuna:

Jueces

Qué temporada nos están dando los jueces. Sí, ya sé que no todos ellos son iguales; y también me tengo muy oído eso de que la independencia judicial es prueba de democracia, y que deberíamos regocijarnos al ver cómo nuestros magistrados se aplican en salir por peteneras. Pero yo no acabo de encontrarle la gracia a que algunas señorías sean, a lo que parece, de una ferocidad tan ultraconservadora y militante.Dicho lo cual, me echo a temblar discretamente y le pongo una lamparilla a san Pacheco, mártir de la judicatura, para que me libre de males procesales. Porque para hablar de los jueces hoy ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Qué temporada nos están dando los jueces. Sí, ya sé que no todos ellos son iguales; y también me tengo muy oído eso de que la independencia judicial es prueba de democracia, y que deberíamos regocijarnos al ver cómo nuestros magistrados se aplican en salir por peteneras. Pero yo no acabo de encontrarle la gracia a que algunas señorías sean, a lo que parece, de una ferocidad tan ultraconservadora y militante.Dicho lo cual, me echo a temblar discretamente y le pongo una lamparilla a san Pacheco, mártir de la judicatura, para que me libre de males procesales. Porque para hablar de los jueces hoy que atarse los machos y/o ajustarse estrechamente los ligueros. Los periodistas sabemos de las muchas cautelas que hay que emplear para referirse a un magistrado; en los dedos de escribir artículos te brotan perífrasis, autocensuras y eufemismos que nacen del humus de tu miedo como hongos. Porque las actuaciones de los jueces parecen ser materia inopinable. Como si el dudar de la infalibilidad de una sentencia fuera un crimen. X mí me gustaría saber dónde y en qué maltrecho estado queda la libertad de expresión. Cómo es posible tanta impunidad. Qué protección hay ante estos sumos sacerdotes de las leyes.

Así es que, si mi impotencia y mi temor no me taparan la boca cual mordaza, me gustaría comentar algunas cosillas de los jueces. El que pongan en libertad a dos implicados en la supuesta mafia policial mientras los míseros chorizos se pudren en la cárcel preventiva. La sentencia absolutoria en el caso Hermida-Varón Cobos, pero el pasmantearreón que le han metido al alcalde de Jerez. El juez Valle haciendo pasar a decenas y decenas de mujeres por un trago penoso y humillante, o el Supremo arremetiendo contra el aborto e ígnorando olímpicamente la angustiosa situación de un abultado porcentaje de españolas. Es una pena que me enmudezca el pánico, porque si no me encantaría poder hablar largo y tendido de estos y' otros casos; sería un asunto largo, porque llevo una infinidad de años callando.

Archivado En