Los Juegos Olímpicos no serán una carga adicional para el Estado

Las transferencias del Estado en concepto de subvenciones para los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 no supondrán un gasto adicional para el Estado, al compensarse con el aumento de la recaudación fiscal que provocará el mayor volumen de actividad económica. Según un estudio elaborado por Ramón Romaguera y Ferran Sicart, profesores de la universidad de Barcelona, y publicado en Novagestió, los Juegos Olímpicos generarán un gasto adicional de 86.000 millones de pesetas. Este incremento se producirá a través de los recursos que se apliquen a la adquisición de bienes o servicios nacion...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Las transferencias del Estado en concepto de subvenciones para los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 no supondrán un gasto adicional para el Estado, al compensarse con el aumento de la recaudación fiscal que provocará el mayor volumen de actividad económica. Según un estudio elaborado por Ramón Romaguera y Ferran Sicart, profesores de la universidad de Barcelona, y publicado en Novagestió, los Juegos Olímpicos generarán un gasto adicional de 86.000 millones de pesetas. Este incremento se producirá a través de los recursos que se apliquen a la adquisición de bienes o servicios nacionales, lo que, en opinión de los citados economistas, provocará un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) de Barcelona de 130.000 millones de pesetas.De este modo, los ingresos fiscales que le reportarían estos 130.000 millones de pesetas al Estado pueden cifrarse en unos 19.000 millones, al tomar por referencia la presión fiscal del 14,5% sobre el PIB, baremo adoptado por Romaguera y Sicart.

Por otra parte, adoptando las cantidades que se proponen como fehacientes, la previsión de transferencias del Estado al presupuesto del Comité Organizador (9.500 millones de pesetas) queda sobradamente compensada por el aumento de la capacidad de recaudación. La hipótesis con que se ha trabajado tiene carácter de mínimo, ya que no se incluyen, por ejemplo, los ingresos que aportarán los 350.000 visitantes en el sector turístico, en el comercio no alimentario o en la industria del ocio.

Tampoco se han valorado las rentas de imagen que en años posteriores devengará la difusión internacional de Barcelona y de todo el país, a raíz de la promoción olímpica.

Archivado En