Boniperti, 'il padrino'

Giampiero Boniperti, presidente de la Juventus desde el 13 de julio de 1971, está considerado como el gran artífice de los últiinos y gloriosos años de la entidad. Boniperti, un personaje singular, representa escrupulosamente la fidelidad a que se someten quienes han entrado en contacto con la signora. En una carrera larga y constante, pasó de ser uno de los jugadores más representativos del club -nunca jugó en otro equipo en la Primera División italiana- a ser el presidente que más títulos y mejor imagen de organización ha dado a la sociedad. Boni es todavía uno de los diez máxi...

Giampiero Boniperti, presidente de la Juventus desde el 13 de julio de 1971, está considerado como el gran artífice de los últiinos y gloriosos años de la entidad. Boniperti, un personaje singular, representa escrupulosamente la fidelidad a que se someten quienes han entrado en contacto con la signora. En una carrera larga y constante, pasó de ser uno de los jugadores más representativos del club -nunca jugó en otro equipo en la Primera División italiana- a ser el presidente que más títulos y mejor imagen de organización ha dado a la sociedad. Boni es todavía uno de los diez máximos goleadores de la historia del fútbol. italiano. Ahora los goles los mete desde su despacho. Por eso le llaman el padre del balón.Boniperti, el menor de tres hermanos, mostró tan buenas cualidades para el fútbol que fue llamado un pequeño Meazza, uno de los jugadores gloriosos de la entidad turinesa. Boniperti jugó toda su vida deportiva profesional en la Juventus: 444 partidos y 177 goles. Eligió una cifra mágica para retirarse. Fue el 10 de junio de 1961, en un partido contra el Inter que supuso la mayor goleada conseguida por la, Juve (9- 1), debido a que el equipo rnilartés presentó por una seirie de divergencias a un cuadro Juvenil en el que jugaba un tal Sandro Mazzola. Sivori logró seis goles y Boniperti le cedió a Crova en los vestuarios la cinta de capitán:

"Ténla tú; a mí no me sirve más. He acabado con el fútbol". Tenía 33 años y su decisión causó conmoción. Recibió llamadas del Inter y de otras clubes, pero prefirió la oferta de Agnelli de dedicarse a labores empresariales.

Agnelli le concedió unas acciones de la entidad y, por un tiempo, Boniperti desapareció aparentemente del mundo del fútbol. Trabajó en compañías de seguros, dirigió sociedades comerciales y se hizo un hombre acomodado. Cuando los hermanos Agnelli estimaron que era un buen dirigente de empresa, le hicieron formar parte del consejo directivo de la Juve. Empezó a tomar decisiones en el club, llegó al puesto de administrador delegado y, finalmente, tras una cuidada carrera, a presidente.

Su nombramiento fue definido por el diario Corriere della Sera como "un evento nuevo en la historia del fútbol italiano, un acto revolucionario". Antonio Ghirellí, otro periodista, aplaudió la idea de "transformar al Mozart del equipo en un Toscaníni de la entidad".

Con Boniperti al frente, la Juventus ha ganado todos los títulos posibles, nacionales y europeos. Boniperti ha sabido conjugar sus decisiones con algunos caprichos de los Agnelli, como el fichaje del francés Platini tras fracasar las gestiones para contratar al argentino Maradona. Boniperti sólo se reconoce un defecto: "Soy excesivamente dictador".