Tribuna:

La indecisión mueve bastantes montañas

El compás de espera advertido en las sesiones precedentes ha dado paso con claridad a un proceso bajista, que conforma una tendencia descendente para buen número de títulos y sectores del mercado. Una vez que las instituciones se han desprendido de su papel y se han posicionado en otros activos alternativos y en inversiones paralelas, son los operadores privados los que, un poco tarde como casi siempre, proceden a sacar sus órdenes de venta al mercado con un componente de susto notable.Aunque en algunas clases de acciones las fuertes bajas de ayer han promovido una tímida corriente de dinero a...

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El compás de espera advertido en las sesiones precedentes ha dado paso con claridad a un proceso bajista, que conforma una tendencia descendente para buen número de títulos y sectores del mercado. Una vez que las instituciones se han desprendido de su papel y se han posicionado en otros activos alternativos y en inversiones paralelas, son los operadores privados los que, un poco tarde como casi siempre, proceden a sacar sus órdenes de venta al mercado con un componente de susto notable.Aunque en algunas clases de acciones las fuertes bajas de ayer han promovido una tímida corriente de dinero a los cierres, su consistencia parecía escasa, sin que diera la impresión de que contasen con la suficiente fuerza como para variar en lo sustancial el mal ambiente que ha presidido la sesión y que ha hecho rugir las cuadernas resistentes de la nave bursatil. No existe por tanto ya indecisión en los mercados sino un firme propósito de vender como sea lo antes posible, en lo que se ha llamado "vender por lo peor".

La bolsa queda a la espera del 185% en el índice general, que es el punto donde los analistas de las largas series estadísticas sitúan el nivel de resistencia en primera instancia, aunque ello no suponga necesariamente una garantía de ningún tipo, sino únicamente una primera prueba de la firmeza del fondo del mercado de valores.

La indecisión y la falta de expectativas que aún se mantenían a los inicios de la sesión, ha quedado bien patente en la evolución del corro de uno de los principales y más seguidos títulos del mercado: Iberduero. Este valor comenzó su tiempo de operaciones subiendo hasta el precio de 163, con ganancia de poco menos de dos puntos, para después replegarse ante la salida de oferta para cerrar prácticamente como había iniciado, mejorando únicamente un cuartillo. Otros títulos que cotizan más entrada la mañana ni siquiera tuvieron la oportunidad de gozar del beneficio de la duda y se decantaron directamente a la baja, como en el caso de Telefónica y de los valores bancarios.

Concluida la hora oficial, se contrataron algunos paquetes de teléfonos fuera de los corros, aunque a precios de mercado, por lo que ha quedado eliminada una cierta cantidad de papel para el corro de hoy. Aunque ésto no es una garantía ya que el capital social de la compañía es muy elevado, siempre supondrá un alivio para la evolución del valor.

En la caja de los siete grandes quedaba un saldo ofertado cercano al cuarto de millón de títulos sin contrapartida de dinero, que se ha traducido en todo un rosario de pérdidas entre estas acciones. De 5 a 35 enteros oscilaron los deméritos de los siete grandes, en una dinámica que parece preludiar una indeseable racha de vacas flacas.

Los volúmenes de contratación de la víspera experimentaron un ligero incremento hasta los 6.500 millones de pesetas efectivas en acciones, como consecuencia del aumento de transacciones en el grupo bancario, que sumó más de 2.300. millones, es decir, prácticamente un tercio del volumen total negociado en la sesión.

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