Tribuna:

El beneficio de la duda como mal menor

Los mercados de valores dedicaron esta última sesión a realizar un ejercicio de mantenimiento ante el temor - a una caída generalizada de los precios. Los tanteos vendedores de la jornada anterior han hecho retroceder al dinero y han dejado a la mayoría de las cotizaciones en un dificil equilibrio dentro de una zona que puede considerarse como de máximos. En algunos casos hubo de recurrirse a nuevas tomas de posiciones que tenían como única finalidad sujetar el cambio de algunos valores concretos. Todo esto se ha llevado a cabo en medio de un ambiente tranquilo en el que papel y dinero se han ...

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Los mercados de valores dedicaron esta última sesión a realizar un ejercicio de mantenimiento ante el temor - a una caída generalizada de los precios. Los tanteos vendedores de la jornada anterior han hecho retroceder al dinero y han dejado a la mayoría de las cotizaciones en un dificil equilibrio dentro de una zona que puede considerarse como de máximos. En algunos casos hubo de recurrirse a nuevas tomas de posiciones que tenían como única finalidad sujetar el cambio de algunos valores concretos. Todo esto se ha llevado a cabo en medio de un ambiente tranquilo en el que papel y dinero se han mostrado muy reservados con respecto a la evolución futura de la renta variable. Las últimas compras efectuadas se hicieron, en muchos casos, en los niveles más altos, lo que evitará por el momento una salida de papel, al menos de una forma general, y mientras tanto los posibles compradores se mantienen a la espera de acontecimientos, teniendo en cuenta que los avances registrados en estos días se han debido a la incidencia de la inversión a corto plazo y no a la existencia de expectativas positivas con vistas al futuro. Los mercados se encuentran, pues, ante la disyuntiva de mantener sus posiciones, debido a la falta de alicientes, o bien iniciar una toma de beneficios que podría hacer caer los precios con cierta fuerza. La indecisión ha sido la clave de esta jornada, en la que parecen haberse abandonado las posibilidades de conquistar la cota del 200%, al menos en lo que queda de este fructífero mes. Va a resultar difícil salir de esta situación, similar a la del mes de mayo y que en aquella ocasión llevó a una baja de casi 20 puntos en el índice general. La diferencia fundamental entre ambos momentos es que ahora se han dado tinos volúmenes de contratación mucho más bajos, aunque pueden considerarse algo próximos si se tiene en cuenta la época del año. En ninguna ocasión se han negociado menos de 4.000 millones de pesetas efectivas en el mercado madrileño durante estas vacaciones, e incluso el mercado a crédito se ha dedicado a tomar posiciones en estos últimos días, llegando a negociarse en esta modalidad hasta el 19,6% del total de una sesión. Las tomas de beneficios alcanzaron también al sector bancario, aunque el saldo global de los siete grandes valores del grupo fue positivo, sumando algo más de 25.000 títulos a la compra. Al tiempo, el dinero ha apostado por la continuidad de las alzas en este sector, pues el número de títulos negociados superó al de la sesión anterior en 81.000, situándose ya cerca de los 450.000. El Popular y el Vizcaya, los dos valores que más plusvalías habían conseguido acumular, fueron los que recibieron los recortes más abultados, con bajas de 65 y 10 enteros, respectivamente, al tiempo que los demás componentes de este grupo subían entre tres y ocho enteros, dándose además una repetición. El resto de los grupos trató de capear el pequeño temporal que tenía encima como mejor pudo, dependiendo los resultados del grado de liquidez de cada valor o del proceso de selección que iniciaron los compradores, habitual en estos casos. La situación al cierre no permite establecer pronósticos, pues se sucedían los tanteos de papel y dinero prácticamente en los mismos términos.

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