Gross, el único campeón que mantiene su supremacía

El alemán occidental Michael Gross se convirtió ayer en el único nadador que mantuvo su supremacía en los Mundiales. Tras su triunfo en los 200 metros libres, se dio otro paseo impresionante en los 200 mariposa y quedó a sólo 29 centésimas de su plusmarca mundial. Repitió así sus éxitos de los anteriores campeonatos de Guayaquil 82. El norteamericano Matt Biondi sólo fue tercero en la nueva prueba de 50 libres, una auténtica lotería por las salidas. La RDA, con tres nuevos títulos, se destaca aún más. Kristin Otto, su máxima estrella, ha ganado ya cinco.

Fue el primer día que se nubló e...

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El alemán occidental Michael Gross se convirtió ayer en el único nadador que mantuvo su supremacía en los Mundiales. Tras su triunfo en los 200 metros libres, se dio otro paseo impresionante en los 200 mariposa y quedó a sólo 29 centésimas de su plusmarca mundial. Repitió así sus éxitos de los anteriores campeonatos de Guayaquil 82. El norteamericano Matt Biondi sólo fue tercero en la nueva prueba de 50 libres, una auténtica lotería por las salidas. La RDA, con tres nuevos títulos, se destaca aún más. Kristin Otto, su máxima estrella, ha ganado ya cinco.

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Fue el primer día que se nubló el sol. Tal vez quiso sumarse al principio del fin del mítico Salnikov, sólo sexto tiempo para la final de hoy de 1.500 metros fibres en las eliminatorias matinales. Por primera vez el soviético flie derrotado doblemente en la prueba en que parecía aún imbatible. Su compatriota Petrov y el norteamericano Jorgensen, que le pasó al final, fueron sus verdugos. Salnikov, sólo quinto ya el jueves en los 400 metros, tampoco puede imponer su fuerza y experiencia ole veterano en las grandes distancias a la superior flotabilidad de sus jóvenes rivales. Se metió apuradamente en la final, superado también por el alemán oriental Dassler y el occidental Henkel (ganador en 400), todos siete u ocho años más jóvenes, e incluso por el yugoslavo Petric, sólo cuatro, y que nunca se había permitido hacerle sombra. Hoy puede ser un día triste para la natación mundial si Salnikov no consigue terminar, al menos, dignamente su carrera.Perch el día no sólo estuvo nublado para Salnikov. Para Biondi, también. La nueva prueba de los 50 metros libres es una lotería por las salidas. El que se arriesgue a hacerlas nulas y no le vean los jueces tiene tal ventaja que resulta decisiva. Buena prueba de ello fueron los cambios de posiciones entre la mañana y la tarde. Los suizos son especialistas. Por la mañana, Stefan Volery se escapó claramente en la misma serie del sorprendido Biondi y le ganó con el mejor tiempo de las series eliminatorias, 22.62 segundos. Por la tarde fue sólo quinto. Dano Halsall, cuarto en las series matinales, hizo una salida nula (aún hubo otra) y saltó al agua junto con el norteamericano Tom Jager un instante antes que los demás. Biondi, en sólo un largo de piscina, no pudo reaccionar. Jager, no obstante, quedó lejos de la plusmarca mundial de Biondi: 22.49 por 22.33.

Al menos, se produjo un triunfo de Estados Unidos. Halsall declaró tras la prueba: "No comprendo las dos salidas falsas. Creo que me han perjudicado. Los 50 metros son una especie de lotería". Biondi, por su parte, dijo: "No hay nada que comentar. Las dos salidas falsas desconcentran a cualquiera".

Otra carrera

Gross sí tuvo un gran día. La palabra grande, como significa su apellido, la aplica perfectamente. El duelo con Morales no se planteó siquiera porque el norteamericano, aún peor que Biondi en 200 líbres, ni se clasificó por la mañana para la final A. De cualquier forma, Gross, a partir de los 100 metros, hace una prueba para él solo. Mientras sus rivales necesitan más de 20 saltos de delfín para recorrer el largo de piscina, él se permitió hacer 17, 18, 19 y 21, respectivamente, en los de ayer. Tras la prueba, mostró su satisfacción por ser el único nanador que ha defendido sus títulos en Madrid -en Los Ángeles 84 sólo fue sorprendido por el australiano Sieben, ausente ahora por enfermedad-. Reconoció haber salido algo lento y ahí estuvo la clave de que no pudiera superar su récord mundial. En los últimos campeonatos de la RFA pasó los 100 metros en 55.36 y ayer en 55.65, 29 centésimas, justamente las que le separaron al final de su plusmarca de entonces: 1.56.63 contra 1.56.24. Gross superó por casi dos segundos al neozelandés Mosse y por dos y medio al danés Nielsen.

En los 100 espalda, el paseo, aunque más lejos del récord mundial que en 200, volvió a ser de Polianski, solitaria figura de la menguada natación soviética. Con 55.58 segundos quedó a 39 centésimas de los 55.19 del ausente norteamericano Rick Carey.

En mujeres se repitió la historia alemana oriental. Kristin Otto, que colaboró con el relevo de 4x100 estilos al tercer título de su equipo y a sumar su cuarta medalla de oro, ganó la tercera en los 200 estilos individual. Pese a su flojo tramo de braza, impuso su tremenda velocidad en libre y quizá acusó el esfuerzo después en el relevo, que no se acercó como es habitual al récord mundial. Astrid Strauss, derrotada por Heike Friedrich en los 400, ganó los 800 hbres en dura lucha con su compatriota Hartmann.

La jornada, incluso con la superioridad aplastante de Gross, volvió a ser monótona. Triunfos alemanes orientales en mujeres y decepción en Salnikov. Los intermedios entre las finales, nuevamente tediosos. La organización y la Federación Internacional (FINA) tuvieron la deferencia, como ya hizo el Comité Olímpico Internaciorial (COI) durante las pruebas de atletismo de Los Ángeles 84, de presentar una prueba de minusválidos. Compitieron en 200 metros estilos (50 mariposa, 50 espalda, 50 braza y 50 libre) nadadores, la mayoría sin una pierna, que se quitaron el suplemento ortopédico para saltar al agua. Ganó el sueco Erindt. El español Gómez fue penúltimo. Poco después planeó por toda la grada principal un avión de papel. Debía de ser una hoja de resultados con los nuevos triunfos de la RDA y los fracasos norteamericanos. Un grupo de éstos, en otra esquina, obligó a hacer la ola al resto de espectadores.

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