Una mujer herida por la policía en un tiroteo emprenderá acciones legales

Purificación Díaz Ruiz, de 27 años, casada y con un hijo, que el pasado miércoles resultó herida de bala por la policía en el curso de un tiroteo en Madrid, emprenderá acciones legales por daños y perjuicios. Tiene alojado el proyectil en el muslo y tendrá que permanecer dos meses hospitalizada y someterse posteriormente a tratamiento de rehabilitación durante cerca de un año. El tiroteo se produjo cuando dos atracadores abandonaban una sucursal del Banesto ubicada en la avenida de Real Pinto, en Villaverde. Uno de los atracadores fue alcanzado por dos balas, y su acompañante logró huir.
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Purificación Díaz Ruiz, de 27 años, casada y con un hijo, que el pasado miércoles resultó herida de bala por la policía en el curso de un tiroteo en Madrid, emprenderá acciones legales por daños y perjuicios. Tiene alojado el proyectil en el muslo y tendrá que permanecer dos meses hospitalizada y someterse posteriormente a tratamiento de rehabilitación durante cerca de un año. El tiroteo se produjo cuando dos atracadores abandonaban una sucursal del Banesto ubicada en la avenida de Real Pinto, en Villaverde. Uno de los atracadores fue alcanzado por dos balas, y su acompañante logró huir.

Tumbada en la cama, de la que no podrá moverse en los próximos dos meses, Purificación explicó ayer cómo fue herida, cuando viajaba en un autobús, en compañía de su madre. "Al principio me pareció que estábamos parados en un atasco. No me enteré de lo que pasaba hasta que el conductor del autobús nos pidió a gritos que nos tirásemos al suelo. Ví a un chico que corría, con una escopeta en la mano, y escuché muchos disparos. Aquello parecía el Oeste".Cuando Purificación estaba en el suelo, notó un fuerte dolor en la pierna. Su madre comenzó a dar gritos para que la ayudaran. En un coche particular, fue trasladada al hospital Primero de Octubre, centro en el que trabaja como auxiliar de clínica y del que había salido de guardia esa misma mañana. Un cuarto de hora después de su ingreso llegaba el atracador herido. "Le escuché que gritaba llamando a las enfermeras y me dijeron que estaba con el mono", explicó Purificación. Poco después era intervenida quirúrgicamente. Cuando se despertó estaba tumbada en la cama con un clavo que le atravesaba la pierna. El proyectil, que sigue alojado en el muslo, le astilló el femur. "Hoy veremos a un abogado para que nos aconseje sobre las acciones legales que se pueden emprender en estos casos", dijo.

Sus compañeros le han mandado flores, ha sido visitada por empleados del banco asaltado, pero aún no ha visto a la policía. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía informó ayer que no han podido tomar declaración a la herida, pero que se han entrevistado con su esposo.

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