La compra de la Caja del Pirineo por La Caixa de Barcelona, la solución más barata

La adquisición de la Caja Rural del Pirineo por parte de La Caixa de Barcelona ha supuesto un paso más en la vía iniciada hace pocos meses de buscar soluciones externas para algunas cooperativas de crédito cuya viabilidad como instituciones independientes se considera imposible por las autoridades económicas. Las pérdidas acumuladas de la Caja Rural del Pirineo superaban los 954 millones de pesetas a finales de abril de este año, frente a menos de 200 millones de pesetas de capital y reservas.

A la desaparición de la Caja Rural del Pirineo hay que sumar las de Reus y Madrid y las qu...

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La adquisición de la Caja Rural del Pirineo por parte de La Caixa de Barcelona ha supuesto un paso más en la vía iniciada hace pocos meses de buscar soluciones externas para algunas cooperativas de crédito cuya viabilidad como instituciones independientes se considera imposible por las autoridades económicas. Las pérdidas acumuladas de la Caja Rural del Pirineo superaban los 954 millones de pesetas a finales de abril de este año, frente a menos de 200 millones de pesetas de capital y reservas.

A la desaparición de la Caja Rural del Pirineo hay que sumar las de Reus y Madrid y las que tendrán lugar a finales de este mes, cuando se firme la absorción de las de La Coruña y Pontevedra por parte de la Caixa de Galicia. La absorción de la Caja Rural del Pirineo, mediante el mecanismo de absorción del activo y el pasivo por parte de La Caixa de Barcelona, se ha decidido por ser la más barata de las opciones posibles y porque era, a juicio de la Administración, la única que garantizaba la viabilidad del saneamiento.La Caixa de Barcelona recibirá un préstamo sin interés de 1.000 millones de pesetas del Fondo de Garantía de Depósitos de cooperativas de crédito a cinco años de amortización como única ayuda. La Rural del Pirineo no estaba acogida al plan del consorcio Banco de Crédito Agrícola-Cajas Rurales, por lo que no tenía ayudas anteriores. La propuesta de la comisión interministerial establecía como ayuda necesaria algo más de 2.000 millones de pesetas. El coste de una posible liquidación de la entidad se estimaba en una cifra superior a los 1.100 millones de pesetas.

Además del menor coste económico de la operación de La Caixa de Barcelona, la decisión se ha tomado valorando que la entrada del nuevo propietario implica cambios en los equipos de gestión y control de la entidad, cuestión que no ocurría en el otro supuesto, que no contemplaba la remoción de los órganos de gobierno ni la necesaria aportación de nuevos capitales durante el proceso de saneamiento.

Cambio de gestión

Uno de los aspectos que más ha debido considerarse a la hora de la decisión es que, de aceptarse la propuesta de la comisión interministerial, la caja rural seguiría controlada por la Cooperativa Agrícola y Ganadera Pirineo y la Cooperativa Desarrollo Agrario Pirineo, cuyos riesgos totales suponen más de la mitad de toda la inversión crediticia de la rural.La Caixa de Galicia ha alcanzado un acuerdo con las cajas rurales de La Coruña y Pontevedra para hacerse cargo de estas dos entidades mediante la ampliación, en uno y dos años, respectivamente, del plazo de vencimiento de las ayudas de que disfrutan ya y que superan, juntas, los 6.000 millones de pesetas.

De las cajas rurales consideradas como muy problemáticas quedan por resolver los casos de la Caja Rural de Gerona, por la que está interesada la Caixa de Barcelona y cuyas negociaciones están pendientes de los resultados de una inspección, así como la Rural de Sax, Palencia y Cantabria. La solución para estas cajas pasa, en principio, por encontrar una entidad que se haga cargo del activo y el pasivo de estas instituciones como ha ocurrido en otros casos.

La Caja Rural de Palencia tiene unos depósitos de 8.000 millones de pesetas, un capital de 711 millones y unas pérdidas acumuladas cercanas a los 6.000 millones de pesetas. En el ejercicio pasado obtuvo unos resultados positivos de 287 millones de pesetas, pero lo obtenido por las ayudas recibidas superó los 1.000 millones. Algo similar ocurre en la Caja Rural de Cantabria, con unos depósitos por encima de los 5.000 millones de pesetas y un capital de 17 millones. Las pérdidas acumuladas se acercan a los 1.800 millones de pesetas, y los resultados de 1985 fueron de 269 millones, la mitad de la rentabilidad obtenida por las ayudas recibidas.

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