Juan Olmedo

Policía municipal, expulsado en 1936, ha sido repuesto en el cargo con 85 años

El Ayuntamiento de Granada ha repuesto en su cargo de policía municipal a Juan Olmedo Torres, de 85 años, que fue expulsado del cuerpo en agosto de 1936 por supuestas simpatías hacia el Frente Popular. Tras su destitución, Juan Olmedo trabajó como jornalero, cuidando cosechas ajenas en Granada o repoblando pinares en Burgos. Ahora se muestra satisfecho de "volver a donde debí de haber continuado" y está inquieto a la espera de ver si le reconocen también la paga de jubilado. "Me gusta la democracia porque hay más comida y por las cosas buenas que se están haciendo", afirma.

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El Ayuntamiento de Granada ha repuesto en su cargo de policía municipal a Juan Olmedo Torres, de 85 años, que fue expulsado del cuerpo en agosto de 1936 por supuestas simpatías hacia el Frente Popular. Tras su destitución, Juan Olmedo trabajó como jornalero, cuidando cosechas ajenas en Granada o repoblando pinares en Burgos. Ahora se muestra satisfecho de "volver a donde debí de haber continuado" y está inquieto a la espera de ver si le reconocen también la paga de jubilado. "Me gusta la democracia porque hay más comida y por las cosas buenas que se están haciendo", afirma.

Juan Olmedo vive junto con su esposa en Pulianas, una localidad de algo más de 2.000 habitantes situada en las cercanías de Granada. De sus cinco hijos viven cuatro y tres de ellos son policías nacionales, al igual que su nieto, Felipe Toral, destinado en un acuartelamiento de Úbeda (Jaén), que fue quien redactó para su abuelo el escrito preceptivo al Ayuntamiento granadino acogiéndose a la ley de amnistía de 1977 y solicitando el consiguiente señalamiento de pensión.Juan Olmedo ingresó en la Policía Municipal en abril de 1932, después de pasar un examen de cultura general en el que le preguntaron únicamente qué era el metro. "El presidente del tribunal", recuerda, "`creía que yo era un recomendado y por eso me hizo la pregunta con doble sentido. Pensaba que le iba a responder que el metro es la diezmillonésima parte del cuadrante del meridiano que pasa por París, pero le dije que el metro es lo que usan los sastres y los carpinteros. Acerté y me hice policía".

Hasta agosto de 1936 vigiló el tráfico rodado en varios distritos de la ciudad. Su supuesta simpatía hacia el Frente Popular vino porque dos compañeros suyos, afectos a los sublevados, obligaron a todo el cuerpo a suscribirse a una publicación de corte franquista después del 18 de julio de 1936. "Yo no me quise apuntar porque las dos pesetas que costaba las necesitaba para mi mujer y mis hijos". Esto le costó la expulsión, firmada por el entonces alcalde de funciones de Granada, el coronel de Infantería Miguel del Campo, pese a que no sentía afecto por nadie en particular. Durante la guerra civil pasó mucho miedo; sin embargo, no le ocurrió nada "porque me defendieron y no me hice muy visible". Se marchó a Burgos y trabajó plantando pinos y de este modo evitó enrolarse en el Ejército.

Hasta los 65 años trabajó en el campo, generalmente en tierras de labor en Pulianas. Luego, ya jubilado, abrió un quiosco de golosinas en la plaza del pueblo, que mantuvo varios años más. Ahora, tras sufrir tres operaciones quirúrgicas, vive con una paga de 22.000 pesetas mensuales, aunque sus hijos le ayudan y hasta le han regalado un televisor en color. "Antes vivíamos tranquilos, pero no había qué comer; ahora es mejor porque estarnos bien retribuidos", explica.

En Burgos, como jornalero, cobraba hasta 40 pesetas mensuales, la mitad de las cuales las destinaba para pagar la casa que había comprado en Pulianas, su domicilio actual. "Allí lo pasábamos mal, dormíamos en el suelo sobre una cabecera de paja". Juan Olmedo está satisfecho de su nieto, "que me ha arreglado los papeles", y muestra recortes de periódico donde Felipe Toral aparece como ganador de un concurso poético. "Me he enterado que la Policía Municipal me va a hacer un homenaje y que hasta me van a entregar una placa", dice complacido.

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