Cartas al director

Recién casados

Cuando me disponía a ojear el periódico del día 24 en busca de las diarias colaboraciones, hete aquí que me topo de primeras con una fotografía de nada deseñables dimensiones en la que dos recién casados anuncian al mundo y al porvenir su dichoso enlace. Por si no fuera bastante este aviso, en las páginas 2 y 3 se hurga en lo mismo por los, me temo, dos enviados especiales al acto; como graciosa perla de delicado ornato, el retrato robot del hábito de la que no sé si ya a estas alturas tendrá la dicha de haber cambiado el color de su sangre.Claro que usted puede publicar en su periódico lo que...

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Cuando me disponía a ojear el periódico del día 24 en busca de las diarias colaboraciones, hete aquí que me topo de primeras con una fotografía de nada deseñables dimensiones en la que dos recién casados anuncian al mundo y al porvenir su dichoso enlace. Por si no fuera bastante este aviso, en las páginas 2 y 3 se hurga en lo mismo por los, me temo, dos enviados especiales al acto; como graciosa perla de delicado ornato, el retrato robot del hábito de la que no sé si ya a estas alturas tendrá la dicha de haber cambiado el color de su sangre.Claro que usted puede publicar en su periódico lo que quiera, o lo que pueda, pues estos calores seguro que sofocan hasta las fuentes más fluidas e imperecederas de noticias, como las de los mundos segundo y tercero, con sus hambrunas y sus guerras, o las del primero, con sus cánceres corroedores del intestino del sheriff todopoderoso.

Quédenos como consuelo el ser convidados de piedra de tan fastuosos ceremoniales, y sírvanos a manera de anticipo de esas nuevas celebraciones religiosas del siglo, oficiadas por jeques, princesas y banqueros, que nos amenazan desde la costa marbellí para el tedioso agosto que nos espera.

Villanueva de la Serena, Badajoz.

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