Cartas al director

La 'contrarrevolución sexual'

Considero un argumento falaz el del editorial sobre la "contrarrevolución sexual" que afirmaba que las medidas respecto a las formas de actividad sexual constituyen un atentado a las libertades ciudadanas. Vivimos en una sociedad con un sinfín de convenciones sociales que nadie discute y con una variada serie de normas y leyes que regulan los diversos ámbitos, sin que a nadie se le ocurra decir que constituyen atentados a la libertad, porque se entiende que todas ellas están ordenadas al bien común. Cuando se demuestra que algo es nocivo y perjudicial para el conjunto de la comunidad, se repri...

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Considero un argumento falaz el del editorial sobre la "contrarrevolución sexual" que afirmaba que las medidas respecto a las formas de actividad sexual constituyen un atentado a las libertades ciudadanas. Vivimos en una sociedad con un sinfín de convenciones sociales que nadie discute y con una variada serie de normas y leyes que regulan los diversos ámbitos, sin que a nadie se le ocurra decir que constituyen atentados a la libertad, porque se entiende que todas ellas están ordenadas al bien común. Cuando se demuestra que algo es nocivo y perjudicial para el conjunto de la comunidad, se reprime o incluso se prohibe (el consumo de droga no está permitido, el uso indiscriminado de ciertos medicamentos tampoco lo está, fumar está prohibido en muchos lugares, etcétera).Por eso, si se demuestra -como ya es de todo punto evidente y casi no precisa demostración- que la permisividad sexual es nociva para la sociedad, por mucho que se quieran minimizar los riesgos alegando que sus consecuencias tienen fácil solución (ahí están el SIDA, la infección de clamidia o el herpes genital para demostrar que la cosa no es tan simple), es lógico que la sociedad se defienda con normas.-

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