El congreso de UGT de la construcción critica las escasas denuncias de sus dirigentes a CC OO

El pleno del congreso de la federación de construcción de UGT (FEMCA), que se viene celebrando desde el pasado jueves en Madrid, aprobó, por el 98,21% de los votos, la gestión de la ejecutiva, sin un solo voto en contra. No obstante, no faltaron críticas hacia los dirigentes de la organización. Entre ellas destacó la falta de energía con que se había denunciado desde la FEMCA la incoherencia sindical de CC OO. Manuel Garnacho, secretario general saliente, respondió que el papel primero de UGT no es denunciar contradicciones de otras organizaciones obreras.

Aunque en el debate del inform...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El pleno del congreso de la federación de construcción de UGT (FEMCA), que se viene celebrando desde el pasado jueves en Madrid, aprobó, por el 98,21% de los votos, la gestión de la ejecutiva, sin un solo voto en contra. No obstante, no faltaron críticas hacia los dirigentes de la organización. Entre ellas destacó la falta de energía con que se había denunciado desde la FEMCA la incoherencia sindical de CC OO. Manuel Garnacho, secretario general saliente, respondió que el papel primero de UGT no es denunciar contradicciones de otras organizaciones obreras.

Aunque en el debate del informe de gestión de la comisión ejecutiva de la FEMCA, todas las delegaciones que tomaron la palabra aclarasen que su voto sería positivo, no faltaron críticas hacia la labor realizada por el equipo dirigente de la organización. Entre ellas, la falta de energía en sus relaciones con la patronal y la necesidad de que la Federación de Construcción de UGT acentuara sus exigencias para que el Gobierno socialista mostrara una mayor sensibilidad social, sobre todo hacia un sector especialmente castigado por el paro y la ventualidad. También se quejaron los sindicalistas de las dificultades para desarrollar su actividad en las empresas.Tal vez, una de las críticas más significativas, y en la que coincidieron algunas delegaciones, fue la de que la ejecutiva saliente había tenido un comportamiento poco activo en denunciar a CC OO "como central sindical incoherente", mas preocupada por motivaciones políticas que por razones sindicales".

Manuel Garnacho, al responder a estas críticas precisó que, aún compartiendo estas opiniones, creía que la labor primordial de un sindicato como UGT no es precisamente la de denunciar las contradiciones de tras organizaciones obreras, y que en cualquier caso, los trabajadores por sí mismos eran capaces de ver en el día a día sindical qué organización defendía realmente sus intereses.

Lo cierto es que las relaciones entre las federaciones de construcción de CC OO y UGT, a pesar de las lógicas diferencias y enfrentamientos, son, posiblemente, las más cordiales entre organizaciones de distinto signo, en gran medida por la calidad humana de sus dirigentes. Como dato significativo, baste que Macario Barja, histórico líder de construcción de Madrid de CC OO, recibió hace unos meses la medalla del trabajo a instancias de la UGT, y ésta organización le rindió un público homenaje a sus años de militancia en favor del movimiento obrero y la unidad sindical.

Archivado En