Un camión sin frenos contamina con ácido el río Duratón, tras un accidente en el que murieron al menos dos personas

Un camión que transportaba ácido sulfúrico se quedó sin frenos en la bajada delpuerto de Somosierra, en dirección a Burgos, y causó la muerte de sus dos ocupantes al chocar con otros camiones. Parte de¡ ácido sulfúrico se derramó en la carretera y en un arroyo que afluye al río Duratón. Varios bomberos y guardias civiles sufrieron quemaduras por los efectos que produce el ácido en contacto con el aire. Tres pueblos segovianos se quedaron sin agua. El tráfico hacia Madrid se desvió en Santo Tomé (Segovia), y el que salía de Madrid, en Guadalix de la Sierra -para camiones- y Lozoyuela. El accide...

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Un camión que transportaba ácido sulfúrico se quedó sin frenos en la bajada delpuerto de Somosierra, en dirección a Burgos, y causó la muerte de sus dos ocupantes al chocar con otros camiones. Parte de¡ ácido sulfúrico se derramó en la carretera y en un arroyo que afluye al río Duratón. Varios bomberos y guardias civiles sufrieron quemaduras por los efectos que produce el ácido en contacto con el aire. Tres pueblos segovianos se quedaron sin agua. El tráfico hacia Madrid se desvió en Santo Tomé (Segovia), y el que salía de Madrid, en Guadalix de la Sierra -para camiones- y Lozoyuela. El accidente se produjo a las 6.40 de ayer, y el tráfico quedó cortado durante todo el día y la madrugada de hoy. A última hora de ayer se desconocía si también viajaba un niño en el camión, y se temía que su cuerpo siguiese entre los restos del vehículo.

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A las 6.40 de ayer, Andrés Martínez Navarro superaba el último repecho del puerto de Somosierra y bajaba en dirección a Burgos. El descenso lo hizo a 200 kilómetros por hora según un vecino; según la Guardia Civil, a mucha velocidad. El camión no tenía frenos. El conductor, Andrés Martínez, pudo adelantar a un primer camión limpiamente, y al segundo también, aunque le arrancó el espejo retrovisor. Andrés Martínez giró nuevamente hacia su carril, pero por delante se llevó a otro camión que iba hacia Burgos a velocidad normal, un Barreiros matrícula MU-0181-G conducido por Pedro Antonio González Marín, de 57 años, que sufrió heridas de gravedad. Este camión, que acabó en la cuneta, transportaba vainas de bala del calibre 105, pero sin pólvora.El camión cisterna de Andrés Martínez, matrícula M-5883-CY, con un remolque de matrícula MU-1587-R, volvió a invadir la calzada contraria y chocó con la parte lateral de otro camión que subía el puerto. Éste tambien fue a dar a la cuneta, mientras el cisterna giraba bruscamente a su derecha y caía junto al Camión de vainas, volcado en el desnivel del kilómetro 94,4, en la línea divisoria entre Madrid y Segovia.

Del cisterna comenzó a fluir un líquido corrosivo, que formó una pequeña nube tóxica. Era ácido sulfúrico fumante que, al contacto con el aire, produce daños en los ojos, en la piel y en las vías respiratorias. El líquido se derramó sobre la carretera y en un pequeño arroyuelo que va a dar al río Duratón.

Nube tóxica

El tráfico no quedó cortado hasta las ocho de la mañana. La nube tóxica, en forma de hongo, se extendió en un radio de 500 metros; poco a poco fue desapareciendo barrida por el viento, en dirección norte, hacia una zona despoblada por esta razón, los habitantes del cercano pueblo de Somosierra no notaron sus efectos, según informó su alcalde, Jacinto Cerezo, que se acercó al lugar del accidente sobre las nueve de la mañana. "Para entonces ya no había nube, pero sí se notaba un fuerte picor en la garganta", dijo.

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El tráfico fue desviado en Santo Tomé (Segovia) para los vehículos que se dirigían a Madrid, y en Guadalix de la Sierra, para los camiones que iban hacia Burgos. Los primeros bomberos y guardias civiles en acudir, que ignoraban la peligrosidad de la carga, sufrieron quemaduras en la piel, de pronóstico reservado, y fueron evacuados a hospitales de Segovia y Madrid.

En el pueblo de Santo Tomé, a unos seis kilómetros del lugar del accidente, los vecinos informaron que la única zona que podía resultar afectada era la más cercana al río Duratón, pues sus aguas riegan los campos de cultivo.

Casi 10 horas después, eran levantados el cadáver del conductor y el de su esposa, Carmen Gómez Legaz. También llegaban los camiones cisterna. El retraso del camión autobomba obligó a cegar el arroyuelo con arena, para evitar que el ácido corriera aguas abajo.

A última hora de ayer se mantenía la incógnita de si debajo de la cisterna se encontraba el cadáver de un niño. En la cabina, junto a las dos víctimas, había ropas infantiles. La Guardia Civil confirmó en la empresa de transportes que el conductor había salido de Cartagena con su esposa y su hijo.

Por otra parte, la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) denunció ayer en un comunicado la falta de seguridad en los transportes de sustancias peligrosas y lamentó los "graves efectos" que tendrá el vertido de ácido en el río Duratón sobre el ecosistema acuático de la zona.

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