18 mujeres en medio de 337 internos
La falta de higiene y de atención sanitaria se pone de manifiesto entre los internos consultados, la mayoría de ellos en calidad de presos preventivos.
Quienes más sufren esta situación de deterioro son las 18 mujeres, en edades comprendidas entre los 19 y 45 años, que se encuentran ingresadas entre los 337 presos del centro.
Las madres ponen el grito en el cielo cuando no se les permite que sus hijos puedan estar con ellas. "Llevo dos años en la cárcel por robo, pero mi familia no sabe que estoy en prisión", señala una joven de 23 años que quiere permanecer en el anonimato....
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La falta de higiene y de atención sanitaria se pone de manifiesto entre los internos consultados, la mayoría de ellos en calidad de presos preventivos.
Quienes más sufren esta situación de deterioro son las 18 mujeres, en edades comprendidas entre los 19 y 45 años, que se encuentran ingresadas entre los 337 presos del centro.
Las madres ponen el grito en el cielo cuando no se les permite que sus hijos puedan estar con ellas. "Llevo dos años en la cárcel por robo, pero mi familia no sabe que estoy en prisión", señala una joven de 23 años que quiere permanecer en el anonimato.
Las mujeres son también las que más denuncian las condiciones poco higiénicas en que se producen las comunicaciones personales. Se amontonan los familiares en un habitáculo insoportable e insalubre.
La falta de lavabos y de agua caliente son otras cuestiones planteadas. Para el director de la prisión, Juan Manuel Ruiz, se solventarán con la entrada en funcionamiento de la nueva cárcel, prevista para los próximos meses y que tiene un presupuesto de 2.200 millones de pesetas. Su apertura lleva un retraso de más de un año. Otro interno, un hombre llamado Tanani, comenta: "Ya está bien que todos nuestros derechos se nos dejen para la nueva cárcel".