Muertos en carretera

El impresionante saldo de 125 muertos que en esta ocasión se ha cobrado la carretera en las todavía cercanas fechas de Semana Santa debería merecer una seria reflexión de la Administración, más atenta y eficaz, según parece, en la caza y captura de contribuyentes, en su exhaustiva labor de recaudación de impuestos, que a la justa distribución de los mismos. A nadie que conozca medianamente el estado de nuestras carreteras, estrechas y de un solo carril en su gran mayoría, y sin el indispensable arcén en otras, podrán extrañar las manifestaciones del señor Palacín, director general de Tráfico, ...

El impresionante saldo de 125 muertos que en esta ocasión se ha cobrado la carretera en las todavía cercanas fechas de Semana Santa debería merecer una seria reflexión de la Administración, más atenta y eficaz, según parece, en la caza y captura de contribuyentes, en su exhaustiva labor de recaudación de impuestos, que a la justa distribución de los mismos. A nadie que conozca medianamente el estado de nuestras carreteras, estrechas y de un solo carril en su gran mayoría, y sin el indispensable arcén en otras, podrán extrañar las manifestaciones del señor Palacín, director general de Tráfico, quien admite que "un 50 % de los muertos por accidente de circulación se produce en carreteras de segundo orden". Ahora que a muchos se les llena la boca con la palabra Europa, no estaría de más exigir a la Administración que se responsabilizara de estos tristes sucesos en la medida que le corresponde para que en breve plazo, a la vez que nos incorporamos al modelo de vida europeo en lo que a impuestos y gastos de defensa se refiere (como la reciente y, a mi entender, innecesaria adquisición de sofisticados aviones militares, etcétera), se acometiera con el mismo empeño la construcción de carreteras de dos carriles, en lugar de seguir poniendo eternamente pequeños parches a las ya existentes. De esta forma, el apresurado "lavado de cara" que nos están haciendo con vistas a la Comunidad Económica Europea resultaría, con toda seguridad, mucho más convincente.-