Moisés Melul Gabay

Un símbolo activo de la presencia de España en Marruecos

Moisés Melul Gabay, a sus 62 años es uno de los pocos símbolos activos que dan fe actualmente de que España estuvo alguna vez en el norte de Marruecos. Judío marroquí de origen sefardí, Melul, a quien todo el mundo llama cariñosamente Curro, es en el fondo un español de corazón. Se le considera un conocedor de la sociología del militar africanista español, y es, desde su Casa de España en Larache -que regenta y explota-, el único extranjero que, sin estar a sueldo de España, se preocupa por mantener el idioma y las tradiciones del otro lado del Estrecho.

En 1932, cuando contaba tan ...

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Moisés Melul Gabay, a sus 62 años es uno de los pocos símbolos activos que dan fe actualmente de que España estuvo alguna vez en el norte de Marruecos. Judío marroquí de origen sefardí, Melul, a quien todo el mundo llama cariñosamente Curro, es en el fondo un español de corazón. Se le considera un conocedor de la sociología del militar africanista español, y es, desde su Casa de España en Larache -que regenta y explota-, el único extranjero que, sin estar a sueldo de España, se preocupa por mantener el idioma y las tradiciones del otro lado del Estrecho.

En 1932, cuando contaba tan sólo nueve años, Moisés Melul aún de calzón corto, entró a trabajar como botones en el Casino Español de Larache, uno de los seis clubes sociales frecuentados por la colonia española y, en especial, el que daba cita a la oficialidad de la plaza. Melui se crió con militares, ellos fueron los que le impusieron el sobrenombre de Curro. Hoy día, 54 años después, Melul sigue en su viejo casino, aunque ya en otros locales y bajo otro nombre: La Casa de España.Curro dice que conoce a la mayoría de los generales y jefes del Ejército español de las últimas décadas y a los que les precedieron desde la instauración de la República. Los conoció de tenientes o de capitanes, como es el caso del hoy teniente general Ricardo Rivas Nadal, o de coroneles y generales, como los fallecidos Millán Astray, Mizzian, Varela y García Valiño.

Una anécdota que cuenta Melul ocurrió en plena guerra civil: un barco alemán había fondeado frente a Larache y los militares de la plaza ofrecieron una recepción a la oficialidad en el casino. "Yo estaba pegado al comandante Ramón Manjón, que sostenía una conversación con el comandante del buque alemán", comenta Curro. "El alemán le preguntó a Manjón que cuál era el mejor ejército del mundo, respondiéndole inmediatamente que el español. Al rato volvió a preguntar el alemán, cuál era el segundo mejor ejército del mundo. Manjón le respondió: los rojos, porque también son españoles".

La Casa de España en Larache es un paso obligado de tránsito hacia la Península, vía Tánger o Ceuta, por la simpatía y la hospitalidad de Curro y porque también da bien de comer, en concreto, cocina andaluza. Melul es judío practicante y uno de los 26 supervivientes de una colonia hebrea de Larache compuesta por cerca de 10.000 personas, en su mayoría de origen sefardí, y que disponía para sus cultos de al menos diez sinagogas; pero también es un hombre adorado por cristianos y musulmanes.

Por su casa pasan embajadores, princesas, ministros, militares españoles nostálgicos y militares marroquíes, periodistas y hombres de negocios, y hasta futbolistas, toreros y políticos españoles actuales, como han sido los casos de Zarra, José Fuentes, Pedro Boffil y Fernando Suárez. "Mi lema ha sido siempre,que españoles y marroquíes tienen que vivir en común, porque somos hermanos y pertenecemos a una misma familia", repite continuamente Moisés Melul.

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