Espeleología

Deseo replicar a la carta del señor Enrique Fernández Giber, secretario del grupo de espeleólogos de la UPM, publicada en la sección de Cartas al Director de EL PAÍS el pasado lunes 10 de marzo, en la que hace referencia a mi persona, y, al artículo publicado sobre mis actividades de espeleología el pasado 11 de febrero en su periódico.El señor Fernández Giber y yo pertenecernos a dos grupos distintos de espeleología, probablemente dos de los grupos más activos de Madrid en la práctica de este deporte, y hemos coincidido en tal actividad en diversas ocasiones. Por ejemplo, los días 19 y...

Deseo replicar a la carta del señor Enrique Fernández Giber, secretario del grupo de espeleólogos de la UPM, publicada en la sección de Cartas al Director de EL PAÍS el pasado lunes 10 de marzo, en la que hace referencia a mi persona, y, al artículo publicado sobre mis actividades de espeleología el pasado 11 de febrero en su periódico.El señor Fernández Giber y yo pertenecernos a dos grupos distintos de espeleología, probablemente dos de los grupos más activos de Madrid en la práctica de este deporte, y hemos coincidido en tal actividad en diversas ocasiones. Por ejemplo, los días 19 y 20 de abril de 1984, el señor Fernández Giber y su grupo visitaron nuestro campamento cuando estábamos realizando la sima de Garma-Ciega, de 864 metros de profundidad, en la provincia de Santander, lo cual contradice su afirmación de que nuestro grupo no conozca ni haya participado nunca en la exploración de simas de gran profundidad.

Sobre la lámpara de carburo diseñada por mí, denominada Sukon, el señor Fernández afirma que cualquier persona medianamente habilidosa es capaz de fabricarla, logrando un acabado menos chapucero. Creo que la citada lámpara puede resistir crítica tan corrosiva, entre otras razones, por estar íntegramente fabricada en acero inoxidable, material difícil de trabajar. Con respecto a la que fabrico, habría que destacar el hecho de haber sido adquirida, entre

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