Victoria Gillick

Madre de 10 hijos, lucha contra los anticonceptivos

Victoria Gillick, una inglesa casada y con 10 hijos, está librando una dura batalla con las autoridades británicas para restringir el uso de anticonceptivos por las menores de 16 años. Victoria encabeza una campaña de carácter católico contra el consumo de la píldora sin autorización de los padres. El pasado octubre, la Cámara de los Lores votó contra los deseos de Gillick. La pasada semana, el General Medical Council se manifestó a su favor. Ella, que remueve cielo y tierra para lograr sus propósitos, calificó esta decisión como "una enorme victoria y un tremendo avance".

Desde hace má...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Victoria Gillick, una inglesa casada y con 10 hijos, está librando una dura batalla con las autoridades británicas para restringir el uso de anticonceptivos por las menores de 16 años. Victoria encabeza una campaña de carácter católico contra el consumo de la píldora sin autorización de los padres. El pasado octubre, la Cámara de los Lores votó contra los deseos de Gillick. La pasada semana, el General Medical Council se manifestó a su favor. Ella, que remueve cielo y tierra para lograr sus propósitos, calificó esta decisión como "una enorme victoria y un tremendo avance".

Desde hace más de un año, Victoria Gillick anda revolucionando la legislación británica sobre el consumo de anticonceptivos por menores de 16 años. Los primeros pasos que corrió Gillick, que tiene tres hijas que aun no han llegada a esa edad, para conseguir que se prohibieran las recetas de píldoras a dichas jóvenes sin el consentimiento de sus padres, obtuvieron buenos resultados.Un tribunal de Londres le dio la razón, pero pronto empezaron las protestas de grupos contrarios (planificación familiar, servicios sociales y asociaciones de mujeres), quienes aseguraron que esta medida había provocado el aumento de abortos.

Las protestas contra la decisión tomada a partir de los deseos de Gillick llegaron hasta el Gobierno del Reino Unido, que puso el asunto en manos de la Cámara de los Lores. El pasado mes de octubre, cuando la institución gubernamental debía decidir sobre el caso Victoria, llegó al edificio de Westminster muy optimista. Gillick, antes de entrar en él, señaló que confiaba plenamente en el tradicional criterio de la Cámara. Pero la salida fue de muy distinto tono: la enérgica Victoria Gillick rompió a llorar a lágrima viva ante las cámaras de televisión, porque los integrantes de la comisión encargada de su caso habían votado en su contra, bien que por margen apretado: tres votos negativos por dos afirmativos.

A las pocas semanas del desaire institucional, Victoria Gillick tropezó con un nuevo incidente. En esta ocasión se había trasladado a Oxford para dar una conferencia sobre sus intenciones y su guerra con la legislación británica. El acto no pudo finalizarse, ya que fue boicoteado por grupos contrarios. Gillick, indignada, se enzarzó en una ruidosa disputa con sus oponentes, y señaló que seguiría luchando por sus objetivos dirigiéndose directamente a las autoridades médicas, que ahora han aliviado sus preocupaciones.La semana pasada, el General Medical Council tomó en consideración las peticiones de Victoria y decidió que los médicos pueden comunicar a los padres de las menores de 16 años que éstas han acudido a sus consultas por razones de anticoncepción. El mismo comunicado señalaba que depende de los médicos establecer la madurez de las jóvenes y, por tanto, que llegue a conocimiento de sus padres el uso que éstas hacen de la píldora.

La decisión del General Medical Council no ha sido del agrado de toda la profesión, que culpa a Victoria Gillick del revuelo que se ha creado en ella, traslandándoles un problema que ellos consideran debiera haberse quedado en el ámbito familiar de las posibles consumidoras.

La British Medical Association consideró un "atropello" la decisión del General Medical Council. Por su parte, Gillick se congratuló de la postura tomada por las autoridades médicas. La Roman Catholic Campaign Against Contraceptive Counselling for Under 16's Without Parental Consent, que encabeza Victoria Gillick, inició sus actividades hace un par de años, pero se hizo famosa el pasado octubre, a raíz de su entrada y salida de la Cámara de los Lores. Durante este tiempo sus integrantes han rebajado el listón de sus reivindicaciones: de "prohibir" han pasado a "conocer".

Archivado En