Cartas al director

'David, el gnomo'

Un reciente episodio de la serie televisada infantil David, el gnomo volvió a poner de manifiesto cómo se perpetúa un estado de cosas. Ahí se explicaba cómo unos papás gnomos se repartían la educación de sus hijos gemelos -niño y niña-, y mientras el padre enseñaba a su hijo varón a distinguir las buenas y malas hierbas del bosque, la madre (cito textualmente) "iniciaba a la niña en las labores propias de su sexo". Esta brillante frase ponía pie a la escena en que la madre enseña a su hija a tejer.De todo ello se deduce que sigue siendo verdad lo de que los ó...

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Un reciente episodio de la serie televisada infantil David, el gnomo volvió a poner de manifiesto cómo se perpetúa un estado de cosas. Ahí se explicaba cómo unos papás gnomos se repartían la educación de sus hijos gemelos -niño y niña-, y mientras el padre enseñaba a su hijo varón a distinguir las buenas y malas hierbas del bosque, la madre (cito textualmente) "iniciaba a la niña en las labores propias de su sexo". Esta brillante frase ponía pie a la escena en que la madre enseña a su hija a tejer.De todo ello se deduce que sigue siendo verdad lo de que los órganos sexuales son los que determinan la función de un hombre y una mujer en la sociedad y que, por tanto, en una serie dirigida a los niflos es del todo imprescindible contar que, irremediablemente, si han nacido con unos ovarios, deberán cuidarse del hogar, de cambiarles los pañales a los niños y de cocinar, y que si han nacido con testículos, su tarea será salir diariamente en busca del sustento de la familia.

Mi enhorabuena para los pies pensantes de TVE.-

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