Pertini rechaza la presidencia del Partido Socialista Italiano

Sandro Pertini ha rechazado el cargo de presidente del Partido Socialista Italiano que su secretario general y presidente del Gobierno, Bettino Craxi, quería ofrecerle. De Pertini se puede decir, como el viejo refrán castellano, que genio y figura hasta la sepultura, porque no se doblega ante nadie.El viernes pasado, durante la Asamblea Nacional Socialista, el ex presidente de la República estuvo presente, pero sentado en quinta fila. Era la primera vez que asistía a una reunión del partido después de siete años. Y fue acogido con una ovación estruendosa que le obligó a enjugarse los oj...

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Sandro Pertini ha rechazado el cargo de presidente del Partido Socialista Italiano que su secretario general y presidente del Gobierno, Bettino Craxi, quería ofrecerle. De Pertini se puede decir, como el viejo refrán castellano, que genio y figura hasta la sepultura, porque no se doblega ante nadie.El viernes pasado, durante la Asamblea Nacional Socialista, el ex presidente de la República estuvo presente, pero sentado en quinta fila. Era la primera vez que asistía a una reunión del partido después de siete años. Y fue acogido con una ovación estruendosa que le obligó a enjugarse los ojos de emoción. "Sí, no escondo que me han saltado las lágrimas", dijo, "porque en este partido he nacido y a él he dedicado lo mejor de mi vida".

Pero dicho esto rechazó enseguida la idea de que pudiera ser nombrado presidente del partido. "Yo soy viejo, y este partido nunca ha tenido en realidad un presidente", manifestó días atrás a un grupo de periodistas.

La verdad es que el secretario, Bettino Craxi, ha hecho todo lo posible y lo imposible para convencer a Pertini de que aceptara la presidencia del partido. Pero todo ha sido inútil. Pertini, que se siente socialista hasta los tuétanos, no quiere ser embalsamado. Prefiere ser libre, y es lo suficientemente astuto e inteligente para saber que una presidencia socialista lo hubiese atado demasiado.

El ex presidente ha dicho muy claro que desea seguir siendo una especie de puente "entre los dos partidos hermanos", es decir, entre los socialistas y los comunistas.

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