Tribuna:

Tender una mano al aire para atrapar un rayo de luz

El simbólico descenso de cinco centésimas que sufrió ayer el índice general viene a representar el síntoma de que empieza a remitir la marejada vendedora que protagoniza la actividad del mercado desde hace más de una semana.Esto no quiere decir que se hayan terminado las realizaciones de beneficios. Por el contrario, en la primera sesión semanal el volumen de la oferta continuó siendo realmente importante. Pero el pulso entre papel y dinero empieza a resolverse en favor del segundo. Los volúmenes de contratación siguen estando situados en las cercanías de los 3.500 millones de pesetas (3.427,9...

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El simbólico descenso de cinco centésimas que sufrió ayer el índice general viene a representar el síntoma de que empieza a remitir la marejada vendedora que protagoniza la actividad del mercado desde hace más de una semana.Esto no quiere decir que se hayan terminado las realizaciones de beneficios. Por el contrario, en la primera sesión semanal el volumen de la oferta continuó siendo realmente importante. Pero el pulso entre papel y dinero empieza a resolverse en favor del segundo. Los volúmenes de contratación siguen estando situados en las cercanías de los 3.500 millones de pesetas (3.427,9 millones de pesetas efectivas el pasado viernes), lo que garantiza la firmeza del fondo del mercado.

Los valores eléctricos, que han venido sufriendo los embates de un papel muy dispuesto a realizar beneficios después de las subidas originadas por el acuerdo sobre intercambios de activos, han comenzado a consolidar los cambios e incluso a recuperar posiciones ante una menor presión de la oferta. Justo lo contrario de lo que ahora ocurre en banca, sector que comienza a acusar las ganancias de la tanda anterior.

Quizá el aspecto más característico del momento sean las dudas respecto al comportamiento del mercado en las próximas semanas, ante el riesgo de que la subida de las tandas anteriores suponga el canto del cisne por lo que resta de ejercicio. Ya se ha venido hablando suficientemente de las excesivas elevaciones de determinados valores, muy por encima de su valor real, al amparo del rally general. La especulación a corto, en este terreno, se había convertido en un oficio peligroso.

Así surgen dudas y reparos entre los ahorradores particulares. Pero las instituciones lo tienen más fácil por el momento. Las plusvalías acumuladas en el ejercicio, en demasiados casos, no justifican un parón en su actividad inversora. Hace falta algo más para llegar a fin de año con unos resultados aceptables. Y las posibilidades fuera de la renta variable son demasiado limitadas.

El precio del dinero, por su parte, mantiene una clara tendencia al descenso. El Banco de España no intervino ayer en el mercado con subastas de préstamos, al igual que en las últimas jornadas, mientras que la venta de pagarés a un mes se mantiene al 9%, a tres meses al 9,25% y a 12 y 18 meses al 9,75%. Unos tipos que empiezan a resultar aburridos a fuerza de repetirlos. Pero el interbancario se muestra mucho más activo. Los depósitos a un día han descendido hasta el 6,40% (frente al 7,71 % anterior), a 15 días se han situado al 9,07%, a un mes al 9,33%, a tres meses al 10,24% y a seis meses al 11,03 %. Los pagarés a un día se han visto recortados al 6,06% (frente al 7,47%), a un mes al 9,07%, a tres meses al 9,30% y a seis meses al 9,89%.

Por otra parte, el Banco Zaragozano repartió ayer un dividendo a cuenta del ejercicio 1985 de 20,50 pesetas netas, de las que recuperó 1,10 enteros. Inbazasa repartió 26,65 pesetas, también a cuenta de este año, y recuperó 2,33 enteros. Finalmente, Corporación Noroeste realizó una derrama a cuenta, de 410 pesetas, aunque este valor fijó posición dinero sin operaciones.

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