Tribuna:

El choteo nacional en que se ha convertido el tratamiento de tú sin ton ni son se ofrece como el resultado más apabullante y tangible de los 10 años de desarrollo democrático. El elenco hispánico siempre ha gustado del tuteo, porque le va al cuerpo; pero este tuteo a lo bestia, que, en los últimos años, se ha convertido en la cultura dominante de todas las movidas y posmodernismos del suelo patrio, a mí me acongoja. Siempre reacciono de la misma manera: cuando alguien me acosa con su tuteo visceral vuelvo a casa corriendo, me encierro en una habitación y, honestamente, dialogo con algun...

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El choteo nacional en que se ha convertido el tratamiento de tú sin ton ni son se ofrece como el resultado más apabullante y tangible de los 10 años de desarrollo democrático. El elenco hispánico siempre ha gustado del tuteo, porque le va al cuerpo; pero este tuteo a lo bestia, que, en los últimos años, se ha convertido en la cultura dominante de todas las movidas y posmodernismos del suelo patrio, a mí me acongoja. Siempre reacciono de la misma manera: cuando alguien me acosa con su tuteo visceral vuelvo a casa corriendo, me encierro en una habitación y, honestamente, dialogo con alguna de las cuatro paredes, o con el techo si se tercia; nos tratamos de usted, abusamos del respeto mutuo, y el conjunto, paradójica y maravillosamente, resulta bastante pornográfico, o erótico en el peor de los casos.El cultivo del tuteo a lo animal creo que está devolviendo a España a su ser; esto es, a la España cojonuda del rompe y rasga que, en la época contemporánea, encontró su expresión depuradísima en la época franquista; una vez devorados con ansia de hambre infinita los regalos de la Constitución, el laboralismo democrático, la práctica de la libertad o, si se quiere, el respeto sin límites del vecino de enfrente, se ha encontrado sin mano de obra. ¡Qué le vamos a hacer!

En este país aún es posible toparse con temerosos del peligro de golpe de Estado militar. Mis respetos para ustedes. Yo entiendo que los tiros no van por ahí. Aquí, el golpe, una edición más de guerra civil, amén de desgracias y pestes, de las que el SIDA no es más que una penumbra, se incuban en el tuteo a lo salvaje, que es la definición más canalla de la libertad democrática

Puesto que aún existe un Ministerio de la Cultura, estoy seguro, segurísimo, de que los cimientos de su albergue, y los de sus cerebros, se realizarían como lo que son, inventando una disciplina a injertar en la enseñanza primaria: las criaturas, de acuerdo con el invento, para evitar el contagio del inquietante (y molesto, por favor) tuteo beligerante, aprenderían a hacer el amor tratándose de usted.

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