Ducharse por cuatro pesetas

Un empleado situado detrás de una aséptica ventanilla similar a las de los cajeros de los bancos reparte las entradas entre la clientela. Por cuatro pesetas, una suma que ya no da para comprar caramelos, la casa de baños municipal situada en el número 133 de la calle de Bravo Murillo, en el distrito de Tetuán, ofrece ración de higiene. Veinte minutos de ducha con agua caliente y, en casos de necesidad, jabón y toalla. El elevado número de usuarios, unas 400 personas cada día, confirma la necesidad de este servicio público a 15 años del final del siglo XX.

A los vecinos del barrio no les...

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Un empleado situado detrás de una aséptica ventanilla similar a las de los cajeros de los bancos reparte las entradas entre la clientela. Por cuatro pesetas, una suma que ya no da para comprar caramelos, la casa de baños municipal situada en el número 133 de la calle de Bravo Murillo, en el distrito de Tetuán, ofrece ración de higiene. Veinte minutos de ducha con agua caliente y, en casos de necesidad, jabón y toalla. El elevado número de usuarios, unas 400 personas cada día, confirma la necesidad de este servicio público a 15 años del final del siglo XX.

A los vecinos del barrio no les sorprende ver el rótulo que figura en la parte superior del pequeño edificio pintado de amarillo, construido durante la II República y declarado de interés histórico artístico; sin embargo, algunos conductores y transeúntes se sorprenden por la existencia todavía de una instalación de este tipo en Madrid. En el tiempo de los cuartos de baño alicatados hasta el techo y la calefacción central, en Madrid subsisten numerosos edificios sin instalaciones higiénicas en cada vivienda. La mayoría de los clientes de la casa de baños municipal son vecinos de la zona.Una mujer, de avanzada edad y aspecto impecable asoma la cabeza y pregunta a un empleado municipal por el grado de ocupación de las duchas. Observa que no hay gente esperando en la antesala de la casa de baños y anuncia: "Voy a buscar la toalla y ahora vuelvo". Es la cliente número 137 del primer día de funcionamiento de las dependencias de Bravo Murillo después de las obras de reforma que se han realizado. "Vengo a la casa de baños desde jovencita", explica la mujer, "porque en mi vivienda sólo tenemos un cuarto de baño común para varios vecinos. Venir aquí es mucho más cómodo que tener que desplazarme hasta la vivienda de algún familiar para poder darme un baño".

Usuarios habituales

La mayoría de los usuarios de la casa de baños se encuentran en la misma situación y son asiduo del establecimiento, al que sue len acudir varias veces por semana. Sin embargo, los empleado que atienden las instalaciones aseguran que también acuden muchas personas que se encuentran de paso en la ciudad, como es el caso de soldados o jóvenes que se presentan con mochilas colgadas de la eispalda. Alguno jubilados utilizan las instalaciones porque les resulta mucho más barato que ducharse en sus casas, y también acuden obreros y empleados de cafeterías próximas que prefieren ducharse a la salida del trabajo.

"La gente", dice un hombre de mediana edad que acaba de salir muy acicalado de una de las duchas, "cree que ya no hace falta este tipo de servicios públicos. Pero yo me he tenido que desplazar hasta la casa de baños del distrito de Latina durante los dos años que ha estado cerrada ésta". "La construcción ha mejorado mucho y hoy cualquier piso tiene todas las comodidades", añade el hombre, "pero el Ayuntamiento hace bien en no olvidar que todavía hay muchas casas sin cuarto de baño individual".

Pese a todo, para la mayoría de los ciudadanos la reapertura del edificio de Tetuán, inaugurado por Enrique Tierno el pasado sábado, es objeto de sorpresa Gran número de curiosos han entrado en la casa de baños con el aire de quien penetra en un museo que acoge objetos de tiempos pasados. Leandro Crespo, concejal presidente de la Junta Municipal de Distrito explica que "las obras realizadas responden a la gran demanda de este servicio, como lo demuestra el número de visitas diarias".

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Higiene garantizada

Cuatro pesetas dan derecho a 20 minutos de ducha. Por un duro, se puede tomar un baño de media hora. Antes lo normal era facilitar a los usuarios la toalla y el jabón; ahora, por razones de higiene, se recomienda traerlos de casa. Las nuevas instalaciones cuentan con 22 duchas para hombres y siete para mujeres. Hay también tres compartimentos especialmente adaptados para minusválidos. Dos baños, lavabos, inodoros y vestuarios en todas las cabinas completan las renovadas instalaciones, que pueden ser utilizadas por cualquier ciudadano, con la única excepción de aquellas personas que padezcan cualquier tipo de afección en la piel.

A pesar de esta precaución, el personal de la casa de baños asegura que la lejía y el jabón, que se usan con abundancia, acaban con cualquier suciedad o posible infección. Leandro Crespo explica que además de la limpieza diaria el Laboratorio de Sanidad y Desinfección realizará controles periódicos para garantizar que las duchas y baños se encuentran en perfectas condiciones higiénicas y sanitarias.

La renovación de las instalaciones de Tetuán hace suponer que aumentarán lo s usuarios procedentes de los otros dos baños públicos que subsisten en Madrid, situados en Embajadores y Latina, saturados mientras permaneció cerrada la casa de Bravo Murillo.

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