Tribuna:

Un leve coqueteo para mejor pasar los calores de agosto

La sesión con la que se cerraba esta primera quincena de agosto mantuvo las características de las anteriores, confirmando así la casi total paralización que sufren los mercados de valores durante el verano. En estos 15 días la contratación de acciones apenas ha sobrepasado los 7.000 millones de pesetas, registrándose una media diaria cercana a los 750 millones.El negocio se ha situado en una banda muy estrecha, que además permanece abierta por su límite inferior por si las cosas se ponen aún peor, aunque esta posibilidad parece muy lejana o no aparece en los planes a medio plazo. Por el momen...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La sesión con la que se cerraba esta primera quincena de agosto mantuvo las características de las anteriores, confirmando así la casi total paralización que sufren los mercados de valores durante el verano. En estos 15 días la contratación de acciones apenas ha sobrepasado los 7.000 millones de pesetas, registrándose una media diaria cercana a los 750 millones.El negocio se ha situado en una banda muy estrecha, que además permanece abierta por su límite inferior por si las cosas se ponen aún peor, aunque esta posibilidad parece muy lejana o no aparece en los planes a medio plazo. Por el momento, contratación e índice se van ajustando mutuamente a pesar de algunas sesiones más o menos irregulares, como la de ayer, en las que los precios se mostraron empeñados en subir pese a la ausencia de dinero. El índice general registra una pérdida de 1,33 puntos, diferencia que carece de importancia, ya que puede ser asumida sin problemas en una sola sesión, pero demuestra la dificultad de mantener los precios cuando no se tiene detrás el apoyo de un volumen importante: de contratación.

Ayer volvieron a brillar los buenos deseos, y las cotizaciones encontraron bastantes facilidades para subir, dedicándose dinero y papel a coquetear, en lugar de enfrentarse. No hay ninguna necesidad de comprar o vender, y esto está produciendo un estado de ánimo que favorece el dejar pasar el tiempo; ese dulce hacer nada encaja muy poco con la imagen, casi siempre dinámica, de un mercado de valores.

Tampoco los tipos de interés de los pagarés del Tesoro están ayudando mucho a definir la situación: los que se negociaron en el mercado madrileño, con pacto de recompra, registraron una pequeña baja en su interés anual, pero tan sólo en lo que se refiere al plazo entre 16 y 90 días, ya que el grupo que venía concentrando el grueso de las operaciones -pacto de recompra entre 8 y 15 días- ayer no registró negocio alguno, sin que por ello bajase demasiado ja cifra total de contratación.

En cuanto a la sesión en sí, lo más notable fueron algunas subidas que inmediatamente se asociaron con la inversión a corto plazo, y que aparecieron salpicadas por casi todos los sectores sin una dirección. El resto de los valores que contrataron mostró una buena dosis de voluntarismo que produjo mejoras generalizadas. Hay que destacar, sin embargo, el estancamiento de Telefónica, una vez que se ha alejado de la cota del 115. También los valores bancarios mostraron su inclinación a la tranquilidad, dándose sólo en este grupo algunas correcciones que carecen de verdadera importancia.

Los índices generales de las cuatro bolsas volvieron a marcar diferencias mínimas, muy ajustadas a la evolución del resto del mes. La sesión de mañana, por su parte, no prorriete ser tampoco diferente de las anteriores, aunque reúne casi todos los requisitos para poder hacerse con el récord en cuanto a la cifra más baja concedida este año en contratación, y casi se puede afirmar que el hecho más sobresaliente de esta sesión será el abono de un dividendo a cuenta por parte de Banesto.

Archivado En