Piero Faggioni

Autor del montaje de la ópera 'Otello' en un estadio madrileño, se considera uno de los mejores directores de escena actuales

Piero Faggioni fue el director de escena del Otello representado en el estadio Vicente Calderón, de Madrid. "He salvado la piel de milagro", dice, y critica la "increíble improvisación" de un acto en el que faltaron ensayos con los cantantes y sobraron dificultades técnicas, que con más tiempo hubiesen podido solventarse. Hablador infatigable, se considera uno de los cuatro directores de escena más importantes. Así fue definido por la crítica en 1984, año en el que inauguró la temporada de La Scala de Milán, la del Metropolitan Opera House de Nueva York y el Festival de Salzburgo.

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Piero Faggioni fue el director de escena del Otello representado en el estadio Vicente Calderón, de Madrid. "He salvado la piel de milagro", dice, y critica la "increíble improvisación" de un acto en el que faltaron ensayos con los cantantes y sobraron dificultades técnicas, que con más tiempo hubiesen podido solventarse. Hablador infatigable, se considera uno de los cuatro directores de escena más importantes. Así fue definido por la crítica en 1984, año en el que inauguró la temporada de La Scala de Milán, la del Metropolitan Opera House de Nueva York y el Festival de Salzburgo.

Faggioni, que empezó en el teatro y fue actor en montajes de Luchino Visconti y Giorgio Strehler, se expresa con una vehemencia muy italiana, intentando siempre convencer con la ayuda de una voz y unos ademanes de actor bajo una apariencia elegante. Este italiano de 48 años nacido en Carrara dejó en el tercer curso la carrera de derecho, con gran disgusto de su padre, para estudiar arte dramático en la Accademia di Roma, donde en 1961 obtuvo el premio de la crítica al mejor actor joven.Su interés por el teatro y el cine -fue ayudante de Michelangelo Antonioni y René Clair y actor con Micklos Jancsó- le ha servido a la hora de plantearse los montajes operísticos. "Intento que lo que se vea sea de la misma calidad que lo que se oye", dice. Para ello, Faggioni pretende, desde que vio el trabajo teatral que Visconti realizó con María Callas, que el cuerpo de los actores no sea un problema con respecto a la voz, sino una ayuda. La labor teatral con los cantantes y el dominio de las luces son sus bases.

Piero Faggioni considera a Visconti, y sobre todo a Jean Vilar, como los dos hombres más importantes de su vida. Este último, desde su puesto de director del Festival de Aviñón, le ofreció siempre su confianza. Strehler le parece un solitario. "Escapa completamente al encuentro humano", dice. "Se encierra en una roca de la cual sólo sale para dar todo de sí en la escena. Y ahí es sublime".

A partir de 1964, fecha de su primera puesta en escena (La, bohème, en el teatro La Fenice, de Venecia), Faggioni se dedica preferentemente a la ópera. Desde entonces ha trabajado en los grandes teatros de ópera de todo el mundo con los mejores cantantes. Dos de sus preferidos son Plácido Domingo y Ruggero Raimondi. "Son grandes actores", señala. "Con ellos puedo llegar al fin de una función y no me siento frustrado".

Uno de los montajes que más le han satisfecho fue la Carmen que dirigió en 1977 en el Festival de Edimburgo, con Teresa Berganza ("la mejor Carmen de la historia") y Plácido Domingo bajo la dirección musical de Claudio Abbado. En este montaje Faggioni puso en práctica sus dos aspiraciones. Con excelentes cantantes-actores, logró por medio de las luces describir en clave psicoanalítica las dudas de Don José, el amante de Carmen. Tras la reposición en Salzsburgo de su Macbeth, Faggioni irá a Sevilla en septiembre, invitado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, para hablar en una conferencia titulada La 'Carmen' de Piero Faggioni..

Faggioni es un soltero que se ha enamorado tres veces en su vida: "En una de ellas tuve una historia muy pasional y romántica. Comprobé, como Don José en Carmen, cómo se puede amar de una forma tan intensa que el amor se convierta en odio".

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