Tribuna:

Patatitas y limones, como juegan los señores

La bolsa vuelve a jugar al escondite para despistar a los operadores, que se ven incapaces de trazar una hipótesis seria de trabajo a causa de las oscilaciones que vive el mercado de un día para otro. Los expertos esperan clarificaciones sobre la política económica que seguirá el nuevo equipo económico del Gobierno. Las promesas realizadas por Carlos Solchaga respecto al mantenimiento de la línea anterior pueden haber tranquilizado a la banca, según se desprende de las recientes palabras de Rafael Termes, pero parecen ser insuficientes de cara a la renta variable.Así, puede mantenerse durante ...

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La bolsa vuelve a jugar al escondite para despistar a los operadores, que se ven incapaces de trazar una hipótesis seria de trabajo a causa de las oscilaciones que vive el mercado de un día para otro. Los expertos esperan clarificaciones sobre la política económica que seguirá el nuevo equipo económico del Gobierno. Las promesas realizadas por Carlos Solchaga respecto al mantenimiento de la línea anterior pueden haber tranquilizado a la banca, según se desprende de las recientes palabras de Rafael Termes, pero parecen ser insuficientes de cara a la renta variable.Así, puede mantenerse durante las próximas jornadas esa imagen de la bolsa que, como un elefante dormido, espera el sonido de los tambores de la selva para abandonar su letargo. Aunque no existe ninguna garantía de que los vaivenes sigan haciendo acto de presencia, intimidando a los pocos operadores que se deciden a entrar al trapo.

El índice general perdió ayer 56 centésimas en medio de un clima apático, donde el papel y el dinero brillaron por su ausencia, mientras que algunos analistas llegaban a la conclusión de que es preferible dejar de actuar en estas condiciones, por lo que preparaban sus bártulos para disfrutar el fin de semana. De esta forma, el volumen de contratación se orienta claramente a la baja, limitándose el jueves a 974,4 millones de pesetas efectivas.

Pero no sólo desciende la negociación. Los valores más representativos también reflejan en sus cambios la confusión reinante en los mercados. Sin el apoyo del dinero, cualquier intento vendedor se traduce en descensos. Los valores más afectados en este sentido son, sin duda, las compañías eléctricas, puesto que cada vez parece más inevitable una intervención oficial para acabar el sempiterno tema de los intercambios de activos.

La apatía, en cualquier caso, no afecta solamente a las eléctricas. Las grises expectativas económicas hacen mella en todos los corros. Si el jueves parecía que el mercado se había tomado con calma la previsión oficial del 12% de inflación para el próximo año, parece que los augurios del banco emisor respecto a un incremento del 15% en el índice de precios al consumo para 1986, si no se reduce el déficit público, ya no han pasado inadvertidos.

La bolsa es cada vez más sensible a los signos monetarios, y en la actualidad esas subastas de préstamos al 14,5% stguen influyendo negativamente desde un punto de vista psicológico. Ayer se colocaron 222.600 millones de pesetas a un día y, significativamente, los expertos aseguran que la presencia del dinero era muy importante después de tal evento. Las rentabilidades que ofrecen las acciones, teniendo en cuenta la inestabilidad del mercado, no les permiten competir con esos pagarés del Tesoro al 14% a 90 días o con el interbancario, que se mantiene en niveles muy poco inferiores a los de la jornada precedente.

Por otra parte, la Junta Sindical ha suspendido la cotización de Nueva Montaña Quijano a causa de la sustitución de las acciones actualmente en circulación por títulos nuevos. También ayer la sociedad Autopistas Concesionaria Española repartió un dividendo de 6,56 pesetas netas, complementario del ejercicio de 1984.

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