El Parlamento portugués ratifica el tratado de adhesión a la Comunidad Europea

El Parlamento portugués ratificó, en la madrugada de ayer, el tratado de adhesión de Portugal y España a la CEE. Mario Soares fue el último orador en dos días de debate gris, sin calor ni entusiasmo, apenas animado por la oposición comunista y democristiana al Gobierno presidido por el secretario general del PS, que aprovechó esta oportunidad para criticar el conjunto de la acción gubernativa, antes de la disolución del Parlamento, anunciada para hoy.Socialistas, socialdemócratas y democristianos votaron a favor, los comunistas y el diputado verde en contra. El primer ministro lamentó que no s...

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El Parlamento portugués ratificó, en la madrugada de ayer, el tratado de adhesión de Portugal y España a la CEE. Mario Soares fue el último orador en dos días de debate gris, sin calor ni entusiasmo, apenas animado por la oposición comunista y democristiana al Gobierno presidido por el secretario general del PS, que aprovechó esta oportunidad para criticar el conjunto de la acción gubernativa, antes de la disolución del Parlamento, anunciada para hoy.Socialistas, socialdemócratas y democristianos votaron a favor, los comunistas y el diputado verde en contra. El primer ministro lamentó que no se consiguiera la unanimidad que se verificó "en la vecina España" a la hora de aprobar un acto "trascendental para la historia nacional", y descalificó a la oposición comunista comparándola con la oposición salazarista del "orgullosamente solos".

Pero el primer ministro dedicó también parte importante de su discurso a la refutación de algunas de las críticas que el Gobierno escuchó durante el debate parlamentario, y no únicamente de representantes de la oposición. Más o menos abiertamente, diputados socialistas y socialdemócratas se refirieron a la ausencia de un debate nacional movilizador acerca de la integración, a la falta de información sobre el proceso negociador y eventuales insuficiencias en la defensa de ciertos intereses portugueses. Para Soares, estas quejas "no son legítimas" como lo prueba el largo relatorio de la comisión parlamentaria sobre la integración, que analizó los textos firmados.

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