Cartas al director

Controles policiales del fútbol

Me pregunto si habrá leído usted la nota oficial que la delegación del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid difundió el lunes 1, explicando la existencia de controles policiales en la carretera Madrid-Bilbao al finalizar el partido de fútbol en el que se disputaba la Copa de SM el Rey, por "la posibilidad de huida de algún integrante de la organización ETA del comando Madrid, aprovechando la salida de los aficionados vizcaínos". Y me pregunto si después de haberla leído usted, o quien de su periódico lo haya hecho, no ha sentido desasosiego ni intranquilidad alguna. ¿Es necesario...

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Me pregunto si habrá leído usted la nota oficial que la delegación del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid difundió el lunes 1, explicando la existencia de controles policiales en la carretera Madrid-Bilbao al finalizar el partido de fútbol en el que se disputaba la Copa de SM el Rey, por "la posibilidad de huida de algún integrante de la organización ETA del comando Madrid, aprovechando la salida de los aficionados vizcaínos". Y me pregunto si después de haberla leído usted, o quien de su periódico lo haya hecho, no ha sentido desasosiego ni intranquilidad alguna. ¿Es necesario señalar que ante tal comunicado oficial sólo se puede pensar en un repentino.y fortísimo ataque de pérdida de inteligencia, esperemos con optimismo que pasajero, por parte de quienes fueron responsables de la operación, o en unas puras ganas de fastidiar?En ambos casos creo que el hecho merecía un comentario por parte de la Prensa; comentario que he echado en falta. Porque, fastidiar, fastidiaron bien: más de cuatro horas de parada a cada uno de los 25.000 aficionados que se calcula viajábamos esa noche, además del horror de tráfico que organizaron al juntar y dar salida simultánea a una cola de 20 kilómetros que se había formado con vehículos salidos de Madrid a lo largo de varias horas. Y lo peor es que fue gratuito: solo "controlaron" una ínfima parte, justo los que llegaron primero; por no mencionar la brillantez de la idea de que alguien vaya a huir de Madrid una noche en la que todo el mundo estaba preocupado con la posibilidad de accidente, en vez de elegir cualquiera del resto de las noches en que no hay ni caravanas ni controles. Y con toda esta gracia, una vez más, las relaciones población-policía en Vasconia, a punto de idilio. ¡Diez puntos!-

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