Lech Walesa, satisfecho pese a la escasa respuesta a la huelga parcial contra la subida de precios

El líder del ilegalizado sindicato polaco Solidaridad, Lech Walesa, se mostró ayer satisfecho con la respuesta a la convocatoria de una hora de paro realizada para protestar contra la subida de los precios de la carne, que desde ayer es un 15% más cara. Testigos presenciales independientes manifestaron que la normalidad fue absoluta en casi todo el país, a excepción de las fábricas de Wroclaw, en el suroeste de Polonia.

Walesa se negó a dar detalles que justificaran su satisfacción, alegando que estaba sometido a un procedimiento judicial y que no podía decir más para no agravar su situ...

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El líder del ilegalizado sindicato polaco Solidaridad, Lech Walesa, se mostró ayer satisfecho con la respuesta a la convocatoria de una hora de paro realizada para protestar contra la subida de los precios de la carne, que desde ayer es un 15% más cara. Testigos presenciales independientes manifestaron que la normalidad fue absoluta en casi todo el país, a excepción de las fábricas de Wroclaw, en el suroeste de Polonia.

Walesa se negó a dar detalles que justificaran su satisfacción, alegando que estaba sometido a un procedimiento judicial y que no podía decir más para no agravar su situación. En cual quier caso, insistió en que las apariencias son engañosas y que una protesta no tiene que realizarse forzosamente en la calle.Un portavoz oficial de los astilleros Lenin de Gdansk, donde Walesa trabaja de electricista, dijo que la jornada "había sido de normalidad laboral y sin manifestaciones".

En Varsovia también fue la normalidad la tónica dominante. En los grandes complejos de Huta Warszawa y Fso Zeran, en cada uno de los cuales trabajan 10.000 obreros, no hubo nada que se saliera de lo rutinario. Ni siquiera había despliegue policial en los alrededores.

Informaciones procedentes de otros complejos industriales, como los de Lodz (centro de Polonia), Szcezecin (noroeste) y Cracovia (sur) también daban cuenta de una calma absoluta. Sólo en Wroclaw tuvo eco la consigna de parar una hora.

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