RELIGIÓN

Millones de musulmanes celebran hoy la Noche del Destino

Mil millones de musulmanes celebran hoy la Leila al Qadr o Noche del Destino, durante la cual, afirma la tradición islámica, fue revelado el Corán -libro sagrado de los musulmanes- al profeta Mahoma. La Leila al Qadr cae siempre en los últimos días del Ramadán, mes de ayuno y abstinencia religioso, que comenzó el pasado 22 de mayo y debe finalizar dentro de cuatro o cinco días.

El mes de Ramadán es celebrado cada año con más rigor en Marruecos y los demás países árabes, como consecuencia de la creciente presión del integrismo musulmán y de una mayor introversión de estos países haci...

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Mil millones de musulmanes celebran hoy la Leila al Qadr o Noche del Destino, durante la cual, afirma la tradición islámica, fue revelado el Corán -libro sagrado de los musulmanes- al profeta Mahoma. La Leila al Qadr cae siempre en los últimos días del Ramadán, mes de ayuno y abstinencia religioso, que comenzó el pasado 22 de mayo y debe finalizar dentro de cuatro o cinco días.

El mes de Ramadán es celebrado cada año con más rigor en Marruecos y los demás países árabes, como consecuencia de la creciente presión del integrismo musulmán y de una mayor introversión de estos países hacia sus propias raíces culturales y religiosas, como reflejo del rechazo cada vez mayor de la civilización occidental.Durante un mes, todos los años siempre 13 días antes que el anterior debido a las diferencias entre el calendario occidental y el calendario musulmán, el mes de Ramadán, de ayuno y abstinencia sexual que se imponen los musulmanes, y cuya ruptura pública está penada en varios países por la ley, cambia radicalmente la vida de los musulmanes. Desde que sale el sol hasta que se pone, todos los creyentes están obligados al ayuno. Esto lo compensan por las noches, la mayor parte de ellas de vigilia, y se sustituyen las comidas que no se han hecho durante el día por colaciones nocturnas.

La primera de ellas se realiza cuando se pone el sol y los musulmanes de las ciudades y duares son avisados, ya sea por un cañonazo, o por la llamada del muecín de las mezquitas, y advertidos de que pueden romper el ayuno . La cena comienza habitualmente por la tradicional jarira o sopa de maíz y carne, continúa con los más diversos manjares -según las economías, huevos duros- y termina con dulces y pestiños que los marroquíes, al menos, consumen en este mes en cantidades ingentes.

Durante las noches del Ramadán, y por una vez al año, las familias se visitan, acuden los amigos y se suscitan tertulias caseras o callejeras mientras todavía el Ramadán coincida con los meses estivales. La vida se prolonga hasta altas horas de la madrugada. A eso de las cuatro de la mañana, una hora antes de la salida del sol, tamborileros recorren las calles despertando a los fieles con sus tambores y castañuelas de metal, para recordarles que es hora de efectuar la última colación antes de que salga el sol.

Desde hace unos años, algunos bares han iniciado la costumbre de sacar mesas y sillas a las calles después de las diez o las once de la noche, para vender refrescos y yogures. Así, las calles y los parques, habitualmente desiertos a horas muy tempranas, se llenan de una animación que es rara en otras épocas del año.

Pero estas pequeñas alegrías no agradan a los más integristas ni a sus competidores de los partidos políticos, que este año han extremado sus llamamientos en contra de ese aspecto lúdico y han abogado ardientemente por un mayor fervor y un mayor espíritu de sacrificio. Los diarios del partido Istiqlal -que no han sido los únicos- han pedido el "retorno a la virtud" y han abogado por la prohibición del alcohol no sólo durante el mes de Ramadán, sino de manera permanente. "Estamos lejos de la sociedad islámica ideal", afirmaba un editorial del diario istiqlalí L'Opinion, "y nuestra juventud se rebela contra la opulencia, la ociosidad y el materialismo de la vida de sus padres".

Pero no sólo los integristas exigen austeridad. El semanario La Vie Economique, órgano de la patronal marroquí, publicaba en su última edición un artículo titulado Las doctrinas económicas no están impregnadas de la fe islámica, cuya conclusión era que "las soluciones de Occidente han fracasado y el modelo occidental de crecimiento conduce, según Gunder Franck, al desarrollo del subdesarrollo".

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