INCREMENTO DE LA VIOLENCIA TERRORISTA

"No se merecía morir"

"Godo no se merecía morir", es la frase que apenas acertaban ayer a decir los amigos de Alfredo Aguirre Belascoáin cuando se les preguntaba por él. Los compañeros de Godo -apelativo por el que le conocían- expresaron ayer en la pizarra de la clase, de una forma muy simbólica, el recuerdo para su amigo: "Godo, no te olvidaremos". Junto a esta frase estaban todas las firmas de los compañeros y en el pupitre que ocupaba Alfredo había una foto suya.Alfredo Aguirre Belascoáin, de 14 años, natural de Pamplona, era el segundo de dos hermanos. Estudiaba séptimo curso de EGB en el colegio de los jesuit...

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"Godo no se merecía morir", es la frase que apenas acertaban ayer a decir los amigos de Alfredo Aguirre Belascoáin cuando se les preguntaba por él. Los compañeros de Godo -apelativo por el que le conocían- expresaron ayer en la pizarra de la clase, de una forma muy simbólica, el recuerdo para su amigo: "Godo, no te olvidaremos". Junto a esta frase estaban todas las firmas de los compañeros y en el pupitre que ocupaba Alfredo había una foto suya.Alfredo Aguirre Belascoáin, de 14 años, natural de Pamplona, era el segundo de dos hermanos. Estudiaba séptimo curso de EGB en el colegio de los jesuitas de Pamplona y era un consumado deportista, según comentan quienes le conocían. Acudía en numerosas ocasiones al colegio en bicicleta desde la Bajada de Javier, donde vivía. Desde los 10 años formaba parte del equipo de piragüismo del club Natación. Participó con su equipo en numerosas competiciones de portivas. Su entrenador, Juan Ramón Itoiz, ha manifestado que tenía mucho nervio y una gran afición por el piragüismo. "Era una de nuestras promesas", ha señalado.

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Dos de sus profesores, José Ramón Solchaga y Jesús Santamaría, coincidían ayer en señalar que Alfredo era una persona muy extravertida: "Era un chico que caía muy bien a todo el mundo. Sus compañeros, al enterar se de la noticia, han quedado destrozados. Han llorado su muerte y no entienden cómo es posible que ocurran estas cosas". Por su parte, cuatro de sus compañeros de clase, Félix Induráin, Jesús Egués, Diego González y José Carlos Caballero -alguno de los cuales rompe en sollozos cuando se le pregunta por su amigo-, dicen que a Alfredo le quería todo el mundo y resaltan, sobre todo, que se trataba de un gran deportista. "No se merecía morir", "Siempre sonreía", "nunca ha habido broncas con él", "era inocente, no tenía por qué pasarle esto", "todavía no me he hecho a la idea de que haya rnuerto", "para mí se quedará en el recuerdo como un gran amigo", "ha sido un palo". Éstas son algunas de las manifestaciones expresadas por los compañeros de Alfredo, quienes afirman además que "no se puede ir por ahí matando a la gente". "Son unos inconscientes que se toman la justicia por su mano. Por favor, que no estropeen más familias, que es lo único que están haciendo", afirmaba otro de los compañeros de Alfredo Aguirre.

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