Desconcierto en los mercados

La normalización de calidades ha sido acompañada de una campaña publicitaria en televisión, dirigida al consumidor. En cambio, muchos comerciantes minoristas aseguran que no han sido suficientemente informados de sus obligaciones. "Mire, yo me enteré el lunes en Mercamadrid de lo de la normalización, porque las cajas de fruta llevaban la nueva etiqueta obligatoria", asegura un frutero del mercado de San Miguel. "A partir de ahora tendré en lugar visible las etiquetas, pero hasta el momento no sabía nada", añade el comerciante ante los requerimientos de una inspectora municipal de Consumo.La in...

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La normalización de calidades ha sido acompañada de una campaña publicitaria en televisión, dirigida al consumidor. En cambio, muchos comerciantes minoristas aseguran que no han sido suficientemente informados de sus obligaciones. "Mire, yo me enteré el lunes en Mercamadrid de lo de la normalización, porque las cajas de fruta llevaban la nueva etiqueta obligatoria", asegura un frutero del mercado de San Miguel. "A partir de ahora tendré en lugar visible las etiquetas, pero hasta el momento no sabía nada", añade el comerciante ante los requerimientos de una inspectora municipal de Consumo.La inspectora, que es capaz de reconocer casi a primera vista la calidad de la fruta, advierte al comerciante de que los albaricoques expuestos, calificados como de segunda categoría y cuyo precio es de 200 pesetas el kilo, no se corresponden con la definición legal de la categoría citada. La fruta presentaba magulladuras y defectos. "Le timan a usted al venderle esto como segunda categoría y usted estafa al. consumidor", asegura la inspectora. El comerciante responde: "Ya, tiene usted razón, pero ¿qué puedo hacer yo?".

La desinformación y el desconcierto es la tónica general también en el mercado de la Cebada, donde las etiquetas de normalización adosadas a las cajas que contienen la fruta apenas son visibles. Las explicaciones de los vendedores son siempre las mismas. Ellos no saben nada. También las peticiones de los clientes coinciden: "Démelos ricos, que el precio lo vale".

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