Tribuna:

El sonido de las campanas cortó la siesta del fauno

La bolsa adquiere un rostro más atractivo poco a poco sin que las campanas terminen de echar el vuelo. Pero los síntomas son esperanzadores para quienes quieren y pueden ver. El índice general del mercado volvió a ganar ayer otras 66 centésimas al tiempo que los volúmenes de contratación no se elevan de manera significativa.Posiblemente el factor que más esté influyendo en estos momentos sea la proximidad de las juntas de las sociedades, que hacen prever a los inversores la inmediata recepción de los dividendos. Ese efecto coyuntural aumenta el interés de algunos valores, especialmente los elé...

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La bolsa adquiere un rostro más atractivo poco a poco sin que las campanas terminen de echar el vuelo. Pero los síntomas son esperanzadores para quienes quieren y pueden ver. El índice general del mercado volvió a ganar ayer otras 66 centésimas al tiempo que los volúmenes de contratación no se elevan de manera significativa.Posiblemente el factor que más esté influyendo en estos momentos sea la proximidad de las juntas de las sociedades, que hacen prever a los inversores la inmediata recepción de los dividendos. Ese efecto coyuntural aumenta el interés de algunos valores, especialmente los eléctricos, como es natural, toda vez que las dudas sobre la cuantía de las derramas han sido totalmente absorbidas por los operadores, ya que parece bastante confirmada la repetición de lo ocurrido el año anterior.

En este sentido ayer se supo que Hidroeléctrica Española repetirá, al igual que el ejercicio anterior, un dividendo neto del 8%. Como esta sociedad ya repartió en enero un 4%, en el mes que viene efectuará una derrama complementaria de otro 4%. Unión Eléctrica-Fenosa hará otro tanto al repartir un 8% neto. Y se rumorea que Iberduero quiere superar, por su parte, el 8,75% que repartió el ejercicio anterior.

Todo ello está produciendo un retorno de los operadores al corro eléctrico, que continúa siendo uno de los pilares fundamentales del mercado, una posición conquistada hace bastantes meses. No se puede obviar que los bancos, una vez que el nuevo sistema de contratación por caja ha cercenado las posibilidades especulativas de estos títulos, han perdido gran parte de su protagonismo bursátil.

Los analistas, además, no pierden de vista que algunas compañías eléctricas estudian la posibilidad de salir a cotizar al extranjero en un plazo no excesivamente dilatado, lo que originará un aumento de la demanda de estos títulos, aunque la potencia de las autocarteras casi nunca defraude.

Ante estos hechos, el eterno tema de los intercambios de activos ha pasado a un segundo lugar, a pesar de que los analistas no se olvidan de ellos. Quizá en menos tiempo del que parece se registren sorpresas con cargo a este asunto.

La inminente entrada del nuevo tratamiento fiscal de los activos financieros -que según algunos analistas debe llevar en corto plazo al descenso de los tipos de interés, en línea con lo que prevén los expertos internacionales respecto a Estados Unidos- tampoco es ajena al mejoramiento bursátil. Los expertos más escépticos, sin embargo, consideran que el dinero negro jamás llegará a la bolsa y que si el recorte en la retribución de los activos fuera demasiado brusco lo único que se conseguiría es un aumento de la evasión de divisas.

Por el momento el Banco de España tuvo que inyectar ayer 171.855 millones de pesetas en el sistema financiero -después de algunas jornadas en las que no ha intervenido- mediante una subasta de préstamos a un día y al 12,875%, lo que no supone la afloración de cambios sustanciales en el precio del dinero.

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