Las elecciones locales en Inglaterra y Gales, prueba para el Gabinete de Thatcher

Las elecciones locales celebradadas ayer para formar los consejos de 39 condados en Inglaterra y ocho distritos del País de Gales constiuían la última gran prueba electoral a que se somete el Gobierno conservador de la primera ministra, Margaret Thatcher, antes de las elecciones generales, previstas para 1988.

Aunque las encuestas indican una fuerte baja de la popularidad de la jefa de Gobierno en los últimos meses y su partido parece contar con menos apoyo popular que los laboristas, se esperaba que los conservadores lograran mejorar los resultados conseguidos en las últimas elecciones...

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Las elecciones locales celebradadas ayer para formar los consejos de 39 condados en Inglaterra y ocho distritos del País de Gales constiuían la última gran prueba electoral a que se somete el Gobierno conservador de la primera ministra, Margaret Thatcher, antes de las elecciones generales, previstas para 1988.

Aunque las encuestas indican una fuerte baja de la popularidad de la jefa de Gobierno en los últimos meses y su partido parece contar con menos apoyo popular que los laboristas, se esperaba que los conservadores lograran mejorar los resultados conseguidos en las últimas elecciones de este tipo, celebradas en 1981. En aquellos comicios los conservadores cosecharon los peores resultados de los últimos 20 años.La asistencia a las urnas fue en general regular, si bien, por el propio carácter de la consulta, la participación siempre es muy inferior a la de las elecciones generales. Alrededor de 24 millones de británicos estaban llamados a votar en los colegios electorales, que cerraron a las diez de la noche.

Por primera vez se presentaba a estos comicios la alianza formada por liberales y socialdemócratas, que lucha por hacerse con el centro del espectro político, bipolarizado por la política derechista del Gobierno conservador y una relativa radicalización de los laboristas, especialmente en cuestiones de defensa y política exterior.

La política centralizadora de los conservadores, que ha restringido la competencia de los consejos locales e interviene para fijar techos a los fondos que recaudan los ayuntamientos, ha podido repercutir sobre la orientación del voto.

Los resultados de las elecciones de ayer no darán, sin embargo, una impresión general totalmente fiable sobre la fuerza de los laboristas, ya que no se votó ni en Londres ni en otras seis grandes áreas urbanas en las que el Gobierno ha decidido eliminar los consejos y en las que la oposición tiene una fuerte implantación.

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